Opinión

Un acto ágil, divertido y espontáneo

No es frecuente asistir a la presentación de un libro durante la cual tienes la sonrisa permanentemente activa. Ayer, en la presentación del libro de Yosi, desde el presidente Baltar hasta el actor Manquiñas, pasando por el profesor Monxardín, el novelista y no menos profesor Bieito Iglesias y Fortu, un roquero histórico. Todos ellos nos tuvieron al público en plena sonrisa, cuando no carcajada.

Claro que hay que reconocer que era un público forofo del personaje, un público más de concierto que de presentación de libro, propenso a la risa y al aplauso alegre y espontáneo, con aspecto roquero (¡Dios, que mal envejecen los roqueros!). No conozco mucho a Yosi, apenas lo traté y no sé muy bien por qué. Ahora que se ve forzado a dejarse ver más por Ourense, me lo encuentro en actos culturales y festivos y me tienen cautivada, de él y su mujer Laura, su calidez en el saludo, su sonrisa generosa y una cierta humildad impropia de una estrella de su firmamento.

Desde que vi la foto de su casa repleta de libros, mi simpatía por el aumentó, y eso que aún no me leí los poemas presentados ayer. Yosi y J. Noguerol, que ayer soltó hojas de laurel sobre la cabeza del músico-poeta, son nuestros "malditos" locales, vividores apasionados por esos mundos, que regresaron aquí donde despiertan pasiones arrebatadas y admiraciones por encima de pasados más o menos inconfesables y nos dan a todos un poco de fresco y malditismo en nuestras vidas y nuestro pasado. El de ayer fue un acto divertido, ágil y breve, como deberían de ser todos. 

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