Opinión

Los ojos de la ciudad

En los años 60, la periodista norteamericana Jane Jacobs publicaba “Muerte y vida de las grandes ciudades”, libro muy leído por los progres europeos de la época, en el que analizaba la influencia que el urbanismo tiene en la vida cotidiana de la gente. En el capítulo dedicado a la seguridad en las calles, sostenía que ésta necesitaba muchos ojos que la garantizasen, daba especial importancia a la presencia de pequeños comercios y contaba la experiencia vivida por ella desde la ventana de su casa en un barrio de nueva York, ciudad en la que abundan las tiendas pequeñas. en la acera, un hombre trataba de convencer a una niña para que se fuera con él. Al poco rato empezaron a salir a la acera el carnicero, el sastre, el librero, todos mirando al hombre, avisándolo con su presencia de que ellos estaban allí y ojo con lo que pensaba hacer. Luego resultó que el hombre era el padre de la niña, a la que trataba de convencer de que siguiera caminando.

Hace unos días fui a dacón con la intención de conseguir datos sobre un vecino al que en 1940 el gobernador había multado y castigado a un campo de trabajo por vender jamones a precio no permitido. no conozco a nadie en dacón. Entré en una pequeña y antigua tienda-estanco regentada por un hombre. A los diez minutos salí de allí sabiendo a quién tenía que dirigirme para conseguir los datos que buscaba. estas anécdotas destacan dos de los servicios que aún hoy pueden ofrecer a los ciudadanos los pequeños comerciantes: la proximidad a sus clientes y la importancia de su presencia en la vida cotidiana de los pueblos y las ciudades. Porque, por supuesto, ni a mí ni a nadie se me ocurriría entrar en el corte Inglés a preguntar por la historia de un vecino. 

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