El alcalde de un pueblo español de cuyo nombre no me acuerdo ni quiero acordarme ha decidido dar el título de héroes a los niños de su municipio. Desconozco cuál es su motivo. El anuncio televisivo de una gran empresa española también los llama héroes. Desde que el asqueroso virus se hizo presente, parece que el país y el mundo se ha llenado de héroes: sanitarios, repartidores, cajeros, carteros… Muchos de ellos han rechazado tal título declarando que no son tal cosa, sino ciudadanos y profesionales responsables, sacrificados, generosos y muy conscientes de su papel en la sociedad. No son héroes porque su actitud no es flor de un día ni de un arrebato ni de una inconsciencia, que un poco de todo eso tienen los héroes. Lo que hacen lo hacen todo los días, con método, muy conscientes de que su trabajo es bueno para todos los demás y eso les produce mucha satisfacción. Es una pena no aprovechar esta situación, este ejemplo, para enseñarles a los niños a ser buenos ciudadanos y profesionales responsables. Una pena.
