Opinión

Cuestión inquietante

Se habla del amor. Poesía, canciones, literatura en general, pintura, escultura… Parece que todo gira alrededor del amor, ese sentimiento que los poetas dicen que mueve el mundo, cosa muy dudosa a no ser que se refieran al amor del dinero, la fama o el poder. O puede que sí, que el amor mueva montañas. El amor, sin duda, habrá cambiado muchas veces el rumbo de la historia, y sin duda también, habrá provocado guerras y desdichas a nivel general e individual. El amor, ese sentimiento producto de la química, es muy poderoso, y muy vulnerable a la vez. Tanto en la realidad como en la ficción que bebe de la vida, el amor ha tenido y tiene una importancia vital. 

Así podríamos hablar de tantas y tantas parejas que dejaron huella imborrable a lo largo de la vida. La de ficción se ha imitado por parte de los enamorados de todas las épocas, y la real ha llegado a ser alimento indispensable de la ficción en todos sus aspectos. Pero en ambos casos ha generado millones de páginas, infinidad de poemas, esculturas, pinturas, sin olvidar el cine y la arquitectura. Así tenemos el Taj Mahal, una de las siete maravillas del mundo, mausoleo mandado construir por el emperador musulmán, Shah Jahan, en honor de su tercera esposa Mumtaz Mahal, después de que ésta muriera. El nombre de Mumtaz Mahal significa “la elegida de palacio”, o “la joya de palacio”, una mujer adorada. Alfonso XII y la reina Mercedes, una historia de amor con final triste que cantaban las niñas y los poetas. 

Otra pareja famosa cuyo amor apasionado los llevó a la muerte, fue la de Marco Antonio y Cleopatra. Y da la casualidad de que una de las películas que se rodaron sobre ella, creo que la última hasta la fecha, generó los amores apasionados de Elizabeth Taylor y Richard Burton, quienes interpretaban a los dos personajes históricos. A consecuencia de aquel descontrol amoroso, y como la vida misma, la producción también se vio metida en otra guerra, aunque, afortunadamente, sólo fue de tiempo, dinero, disgustos del director y desesperación del productor. Taylor y Burton pasearon su amor-odio imposible por todo el mundo, mientras se casaban, se descasaban y se volvían a casar. Pero los actores no son los únicos que replican sin pretenderlo a los seres reales que encarnan. ¿La vida imita al arte o el arte a la vida? Cuestión muy inquietante ¿no les parece?

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