Opinión

Efecto Dunning-Kruger

Alguien, recientemente, en algún sitio, citó el efecto Dunning-Kruger. Un efecto muy particular que da para mucho. ¿En qué consiste ese efecto? Pues, usted ya lo sabe, pero no está mal recordarlo para quienes lo hubieran olvidado. El efecto Dunning-Kruger es muy sencillo y más frecuente de lo que se piensa. Es posible que muchas personas que ahora leen este artículo lo hayan percibido en otros dialogantes, sin saber que tiene ese nombre de tantas consonantes, pero fácil de pronunciar. Se refiere a dos apellidos unidos, correspondientes a David Dunning y Justin Kruger, dos científicos que desarrollaron teóricamente este efecto en 1999. 

Pero vamos a ello. Cuántas veces, mis queridos lectores, se habrán encontrado con alguien que habrá intentado darles una lección magistral sobre un tema en el cual ustedes son expertos, y que el voluntario e improvisado profesor, ignora por completo. Bueno, pues de eso se trata. De quien cree saber más de lo que sabe y presume de su figurado “conocimiento”. O sea, dicho de otro modo, se ufana de su nivel de incompetencia. De los que carecen de habilidades para realizar su cometido, pero que creen que saben más que nadie y que son los más recomendables para ello. En fin, de los que se sobrestiman. Pero el efecto Dunning-Kruger también alcanza contrariamente a quienes se subestiman injustamente, pero que piensan que son más o menos una total calamidad. 

¡Qué complicado es el ser humano! O se pasa o no llega, como en el juego de las siete y media al que todos hemos jugado alguna vez. Y con respecto a él, a ese entretenimiento, no puedo sustraerme a recordar a Don Mendo, cuando explica a su amada Magdalena: “- Es que tu inocencia ignora/ que, a más de una hora, señora,/ las siete y media es un juego./ -Magdalena -¿Un juego?/ -Mendo- …Y un juego vil/ que no hay que jugarlo a ciegas,/ pues juegas cien veces, mil,/ y de las mil, ves febril/ que o te pasas o no llegas./ Y el no llegar da dolor,/ pues indica que mal tasas/ y eres del otro deudor./ Mas ¡ay de ti si te pasas!/ ¡Si te pasas es peor!”. Una maravilla de ingenio que don Pedro Muñoz Seca derramó en “La venganza de don Mendo”, obra, qué dicho de paso, ha hecho reír a varias generaciones, y que se representa con asiduidad porque nunca pasa de moda. Como tampoco el citado efecto de quienes lo presumen, y de quienes también, lo sufren.

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