Opinión

El elixir de la vida

Recuerdo que en uno de los viajes que hicimos por los Estados Unidos, llegamos hasta la ciudad de San Agustín, en Florida. Un lugar precioso que conserva su arquitectura colonial y el Castillo de San Marcos. Una fortaleza española que nos retrotrae al siglo XVII, y nos habla de la importancia que tuvo nuestro país en la historia norteamericana. San Agustín ofrece el pasado, latente y luminoso, en sus calles estrechas y alegres, sus bellas casas pequeñas, sus colores y guías vestidos de época para las demostraciones bélicas activando viejos cañones contra el enemigo, hoy inexistente, pero imaginado en el entrante marítimo a la ciudad. Como fue en aquel tiempo. Así defendieron los españoles San Agustín, desde las estratégicas zonas circundantes del castillo que se yergue testimonial de las gestas españolas. No entraré en tantos y variados atractivos como ofrece el lugar, pero si me detendré en la Fuente de la Eterna Juventud que Ponce de León encontró.

Allí, en una especie de cueva abierta mana esa agua de la que, según las leyendas, bebían los autóctonos que siempre mostraban una imagen saludable y juvenil. De ahí la creencia de Ponce de León de haber hallado el prodigio tan buscado por toda la humanidad. Maravilla que en la actualidad se ha convertido en visita turística obligada para beber la frescura que calma los calores del sol abrasador. Al llegar a ella, todos la prueban, y después compran recipientes grandes y pequeños con el líquido elemento que constituye un precioso regalo para seres y amigos queridos. Y no es que el agua impida la vejez, claro, pero el detalle y el recuerdo son los que merecen la pena conservarse

Todo esto viene a cuento de que, en cada época y país, se revela de golpe una panacea o milagro que conmueve la imaginación de las gentes crédulas. Ahora ha sucedido en un pueblecito de China. Un grupo de arqueólogos ha encontrado en una olla de bronce de hace dos mil años, un líquido calificado de misterioso. El que así sea, es por la veneración ancestral que el pueblo chino ha tenido por la longevidad y que a ello dedicó toda clase de prácticas, brujerías, encantamientos y hechizos, para producir ese elixir de la vida. El hallazgo posee parte de ingredientes que figuran en un antiguo borrador taoísta que trata precisamente de la búsqueda del tan deseado y mágico licor. Continuará…

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