Opinión

Hace unas semanas

Ahora todos los días semejan domingos por la mañana temprano. ¿Los recuerda? Parece que desde entonces ha llovido mucho, pero no es así. Esas mañanas que se disfrutaban ayer mismo, como quien dice, al ir camino del quiosco para comprar las últimas noticias impresas en papel, y de paso tomar un café en la cafetería de la esquina mientras se leía la información. Después se paseaba un poco por las calles casi desiertas, dejando que el aire fresco de la noche limpiara y ensanchara los pulmones en soledad placentera, rota si acaso, por algún coche o noctámbulo demorado. Pero aunque la calle semeje igual de espléndida desde los balcones, ya no existen los domingos aunque los marque el calendario. 

Porque toda la semana son días laborables en el interior de las casas. En el núcleo familiar se han vuelto a elaborar las recetas de la abuela, esas que los padres repiten en la actualidad como si cada jornada fuera fiesta extraordinaria. Hace solo unas semanas esas reuniones familiares se solían celebrar en los restaurantes. Se cogía el coche y se salía de la ciudad como una liberación del trajín diario. Eran fines de semana para disfrutar de otros paisajes, visitar a la familia o descansar en la propia finca. La clausura que se vive contra el virus que mata, hace retroceder en el tiempo en todos los aspectos. Se vuelve a la aguja y el hilo, sobre todo para hacer mascarillas. Se aprovecha todo para ello, camisetas, telas, plásticos… Es el hábil arte casero que con generosidad muchas personas muestran a través de las redes, como valiosas lecciones gratuitas que enseñan cómo escapar del peligro que acecha. Serán útiles o no, pero ahí están esos creadores que comparten su saber a cambio de nada, y que, a la par, transmiten la cercanía y el calor de la solidaridad. Ya son muchos aquellos que no disponen de tierra, y que piensan en plantar sus frutos en macetas expuestas al sol y a la lluvia en las galerías. 

Es la hora de pensar, de incentivar, de aprender cosas olvidadas ante un futuro incierto. Es hora de leer, de enfrentarse a los retos que ni se soñaban. Internet es la gran oportunidad, mayormente para los estudiantes que pueden recibir las clases por los canales, y que ofrece la posibilidad de trabajar a distancia. Mejores o peores, son los nuevos tiempos. El ayer queda lejos. O tal vez ya no vuelva más. Desolación.

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