Opinión

Idiocracy

Me habían hablado de ella, y de que sin ser una obra de arte, la idea que la sustentaba era representativa de la deriva que sigue la cultura en occidental. La película se titula “Idiocracy”.

Su argumento: un individuo de nuestros tiempos, tras años de hibernación, despierta en su propia tierra, asombrado y confuso por la comprobación de que los habitantes han sufrido un proceso de idiocia absoluta. Durante el lapso que permaneció metido en su cápsula, los ciudadanos, educados por las ineptas e ignorantes generaciones que se sucedían, cada vez más atrofiadas intelectualmente, hicieron que los seres humanos llegaran a un estado de estupidez irreversible.

El siguiente diálogo, más o menos, forma parte del film: “Las tierras están secas, hay que regarlas con agua y no con basura”, “no, no, se riegan con hectolitros”, “¿pero qué es eso de hectolitros?”, “hectolitros”, “¿pero tú sabes lo que es un hectolitro?”, “pues claro que lo sé”, “¿y qué es?” “pues un hectolitro”. La película me trajo a la memoria un determinado canal de televisión, en el que, en hora de máxima audiencia, la presentadora sometía a los protagonistas fijos del programa a una especie de concurso con preguntas de cultura general, como ésta: “¿Qué es un espacio de tierra rodeado de agua por todas partes, menos por una?” Respuestas: “lago, laguna, río, pantano…” De los que creo eran cinco o seis intervinientes, solo uno escribió “península”. En cuanto a quién pintó el Guernica, los citados concursantes fallaron todos, menos uno. Y la cosa continuó así…

Hay que decir que a los que acertaban, tal vez por casualidad, recordemos la fábula de Iriarte, les invadía una alegría y alborozo que parecía que habían descubierto un nuevo mundo. Y señalar, porque esto es muy importante, que algunos de ellos tenían título universitario. ¿Es esto lo que hay? Estos señores, al parecer, cobran en un día lo que otros muchos ganan en un mes por deslomarse en el trabajo. Y estos señores, son el espejo en el que muchos de los que los contemplan, se miran, y desean llegar a ser iguales. Si estos señores son los llamados a educar, aunque solo sea con el ejemplo, a la generación siguiente y la siguiente a la que le siga, y así sucesivamente, se puede presumir que Idiocracy se ha quedado corta, pero que muy corta en su planteamiento. ¿No lo creen así, queridos lectores?

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