Opinión

Pequeñeces entrañables

Apesar de la dureza con la que nos trata el coronavirus; a pesar del miedo que infunde y las molestias que acarrea la salvaguarda que supone la mascarilla; a pesar del cambio radical en las costumbres y la vida cotidiana; a pesar de todos los pesares, la fantasía perdura y el artista crea belleza. El arte no atiende más que a la inspiración que lo mantiene y se hace siempre presente en los buenos y malos momentos. No todo se ha perdido, y aunque pueda parecer una noticia frívola en estos tiempos, que no corren, sino que vuelan, es de agradecer que alguien regale ilusión y ternura. 

Ello se debe a que el colectivo de arte sueco AnonyMouse, Inspirado en los cuentos de Don Bluth, Astrid Lindgren y Beatrix Potter, en un alarde de imaginación, ha realizado un museo de pequeñeces entrañables en la ciudad costera de Malmö, en el sur de Suecia, con todo lo que una comunidad ha de tener para mantenerse servida y despierta, como casas, boticas, tiendas y restaurantes, entre otras muchas cosas, pero en este caso, en miniatura perfecta. La miniatura, ¿es hoy un arte olvidado? Lo ignoro, pero él la ha magnificado ante la vista de las gentes. Esto no parece que infantilice a quien lo ve, como sucede ahora con tanto mensaje sin sentido dirigido al adulto como si éste hubiese quedado en los ocho años. La publicidad es un ejemplo, por lo menos es lo que se percibe en la sociedad actual. Esta exposición callejera recoge maravillas de antaño, personajes de cuentos, animalillos que despiertan sensibilidades y curiosidad. Sobre todo ratones. 

Ratoncitos famosos, sabios, intrépidos, amigos… Volver a la niñez, pero no como seres inconscientes, si no como una oportunidad que brinda la memoria para recuperar una época nunca muerta, pero sí dormida durante años, anestesiada con el trajín de lo cotidiano, a veces inútil y vacío. Una mirada para pequeños y para mayores. Un juego de descubrimientos y despertares en el que participen todos. Un olvidarse por un momento del presente, y habitar un mundo fantástico. Ese mundo ofrecido por los grandes, con sus hermosos y pedagógicos relatos. ¿Queda tiempo hoy para soñar? Posiblemente muy poco. La vida escapa tan deprisa que ni siquiera permite pensar. No es que se añore el pasado, se añora la idealización del mundo perdido. Agradecer a AnonyMouse, el regalo de este bello museo de recuerdos.

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