Opinión

Preciosa lluvia

Aquién no le gustan? No solo por su valor material, sino porque son un misterio creado bajo una presión extraordinaria. Pedazos de carbón, materia de la que “está hecho ese sueño”. Es el mineral más duro que se conoce, con variedad de propiedades. Pero sobre todo, es un signo de riqueza y de poder. Es difícil no asociar esa palabra con la actriz Marilyn Monroe, quien dijo “Los diamantes son el mejor amigo de una mujer”, y la película en la que eso mismo se cantaba. Hay diamantes legales y los hay “de sangre”, porque a pesar de que se persigue tenazmente el tráfico ilegal de estas piedras preciosas, siguen siendo arrancadas del corazón de las rocas por auténticos esclavos. 

La esclavitud existe todavía aunque fue abolida en el s. XIX y desde entonces condenada por ley. Pero la ambición no descansa. Sin embargo, los diamantes los regala el universo a millones sin romper rocas ni verter sangre. Neptuno y Saturno, enigmáticos gigantes de hielo de nuestro sistema solar, los reciben a millones en forma de lluvia diamantina, como prodigio cósmico. La curiosidad lleva a la fuente científica del portento, y halla la explicación en el estudio de la Universidad de Winsconsin-Madison, en Estados Unidos, cuyos resultados han sido publicados en la revista científica “Nature”: “La atmósfera de Neptuno está compuesta principalmente de hidrógeno y helio, con una pequeña cantidad de metano. Debajo de estas capas atmosféricas, un fluido supercaliente y superdenso de materiales «helados» como el agua, el metano y el amoníaco, envuelven el núcleo del planeta”. 

Asimismo, el equipo investigador añade: “Las tormentas convierten el metano en hollín (carbono), que se endurece a medida que se precipita en pedazos de grafito y luego diamante”. Se explica el fenómeno y además se ha creado una simulación del mismo, ante la cual, los ojos quedan prendidos en la cristalina belleza, evidente realidad de un sueño increíble. Simulación que posiblemente sea la que ahora recorre el mundo para mostrar que nunca jamás se acaba la capacidad del asombro. Todos los días sucede algo inesperado y en este caso, en el mundo sideral del que la tierra forma parte. En cuanto a Saturno, planeta que debe su nombre al dios mitológico que cumplió promesa devorando a sus hijos recién nacidos, ahora llora lágrimas convertidas en preciosa lluvia de diamantes.

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