Opinión

Tema recurrente

Nunca estamos contentos. El tiempo atmosférico es la medida de lo quisquilloso que es el ser humano. Si hace calor, porque hace calor, y si hace frío, porque hace frío. Nunca está contento. La lluvia cansa, el calor agobia, la primavera es fría, el otoño es triste. El sol quema, no es aconsejable ponerse a su exposición. ¿Qué clase de temperatura es necesaria para sentirnos plenos? El caso es que haga el tiempo que haga, siempre se le sacará punta. Lo importante es poner de manifiesto las molestias que produce recibir de lleno las idas y venidas de la naturaleza viva, sin reparar en lo bien que viene esto para salir de apuros. Ustedes queridos lectores saben lo violento que resulta, por ejemplo, entrar en el ascensor con alguien a quien no se conoce, o lo mismo con algún vecino con quien no se tiene mucha confianza. Ahora,  tal vez, solo se les vea en las reuniones de la comunidad y a veces ni eso. No todo el mundo puede asistir siempre. 

El caso es que el ascensor suele ser la prueba perfecta para darnos cuenta de lo vulnerables que somos ante los demás. En él sentimos la falta de nuestro espacio vital y eso nos afecta de tal modo que nos encontramos como gallina en corral ajeno, bajamos los ojos, sonreímos tontamente, y nos arrimamos rápidamente a la pared del elevador con la excusa de dejar sitio libre. Pero claro está, no siempre es cuestión de sitio. Lo cierto es que, inconscientemente “nos guardamos las espaldas”. Es una cuestión psicológica. Otro ejemplo podemos ponerlo en los hospitales o cualquier otro lugar cerrado. 

Siempre, o casi siempre, se elegirá la cama que esta junto a la pared. Y parece ser que la persona allí situada se recupera antes que el que está en medio. Afortunadamente, ahora ya no hay, creo yo, habitaciones de tres, por lo que todos mejoran igual. Lo mismo pasa con las situaciones de miedo. El temor hace que se busque la pared. Fíjense en las películas, en las obras de teatro, nadie deja su cuerpo desamparado. Pero volvamos al principio. Hablábamos del tiempo, ese gran tema recurrente cuando no se tiene de que hablar. Hace frio, vecino, ¿eh? Hace, hace, pero bueno, al menos no llueve, ¿no? Claro, porque estos días pasados… A mí, la humedad me sienta fatal. A mí me afecta más el frío, tengo un catarro… Y así hasta parar el ascensor. Hasta la próxima vez. Y todos contentos.

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