Opinión

Tesoros inalcanzables

Generalmente se comprende como riqueza todo aquello que se supone tiene que ver con metales y piedras preciosas, o pozos y minas de los que se extraen de tierra y mar elementos que proporcionan grandes beneficios, al margen de otras posesiones como bienes varios, territorios e inmuebles. Algunas de estas ricas pertenencias son privadas en mayor o medida, y pueden adquirirse según la importancia del valor que representan y lo que se pague por ellas en el mundo de los negocios. Pero existen otros erarios que todas las naciones velan con sumo cuidado, y cuyo contenido se puede ver aunque difícilmente tocar. Y este potosí lo componen los monumentos artísticos e históricos, los museos, y sin duda alguna, las bibliotecas. Ahí se guarda lo mejor, lo que no tiene precio, lo que en ningún caso se puede pagar. Ahí está con todo su potencial el espíritu animado del ser humano. 

Pero las bibliotecas no sólo contienen libros e informes, si no que son tan hermosas en sus estructuras y decoraciones artísticas, que ya por sí mismas son el libro maravilloso y glorioso de los tiempos. Como ejemplo, pondría la Biblioteca del Congreso de Washington, Estados Unidos, construida por el Congreso en 1800. No hay nada en ella que no asombre, no hay nada en ella que al mirarlo no deje una huella inolvidable en el visitante. Es una de las mayores del mundo. Contiene más de 158 millones de documentos, más de 36,8 millones de libros en 470 idiomas, más de 68 millones de manuscritos y la colección más grande de libros raros y valiosos… Pero en este pequeño espacio es imposible reseñar todo aquello que contiene y en lo que se perdería la imaginación. 

Decir que es todo un mundo magnífico y lleno de tesoros inalcanzables. Sin embargo, no es la biblioteca más grande del mundo. La que ostenta esa titularidad es la de el Ateneo Grand Splendid de Buenos Aires, Argentina. Entre las mayores e importantes de las existentes está la de España que ha cumplido 300 años y guarda más de 28 millones de publicaciones desde el siglo XVIII, 30.000 manuscritos, 3.000 incunables, y millones de impresos, revistas, periódicos y monografías. Sin olvidar por su máxima e igual relevancia, las de Reino Unido, Canadá, Rusia, Japón, Francia y China. Pero dejaremos para otra ocasión detalles significativos y llenos de interés de estos templos de la gran sabiduría.

Te puede interesar