Opinión

Terapia asistida con perros

Si bien en 2009 el Hospital Materno-Infantil de Sant Joan de Déu de Barcelona fue el primero en emplear las técnicas de Terapia Asistida con Animales (TTA), en estos días los medios de comunicación se han hecho eco de una singular iniciativa del madrileño Hospital del Niño Jesús, fundado en 1887, cuna de la Pediatría y centro nacional de referencia en patologías infantiles, en colaboración con la universidad pública Rey Juan Carlos y Pruina, una popular marca de comida para animales, que financia el proyecto. De esta manera, los médicos podrán disponer del refuerzo de la terapia con perros en el abordaje específico de la bulimia y la anorexia nerviosa. En la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria del Niño Jesús, durante 18 sesiones semanales, y divididos en 3 grupos de 5 pacientes, 15 jóvenes de entre 13 y 17 años seguirán una TAA acompañados por el perro, el monitor asociado al animal y un psicólogo responsable del tratamiento. Los canes intentarán centrar la atención de estos jóvenes pacientes para ayudarles a superar los problemas causantes de sus patologías, y todo ello en un ambiente de confianza y bienestar. Esta experiencia no es única. La propia Oficina de Intervenciones Asistidas con Animales de la Universidad Rey Juan Carlos ha desarrollado ideas similares para tratar el Alzheimer y los trastornos del espectro autista en los ayuntamientos madrileños de Móstoles y Arroyomolinos, respectivamente. 

Diferentes estudios de investigación han demostrado los beneficios de la terapia asistida con perros. A nivel físico, disminuyen los niveles de cortisol, la hormona del estrés, así como la presión sanguínea en pacientes con niveles de ansiedad elevados; además del bienestar y la relajación, incentivan la actividad física y las relaciones sociales. A nivel psicológico, la reducción del estrés suele acompañarse de una notable mejora de la estabilidad emocional. Los especialistas suelen emplear perros de razas específicas, como los Golden o Labrador Retriever, por su carácter equilibrado y apacible, si bien cualquier perro con un temperamento dócil y comportamiento adecuado, con el adiestramiento apropiado, puede convertirse en un estupendo auxiliar terapéutico. En el proyecto del Hospital del Niño Jesús, los protagonistas se llaman Eo, un Collie mezclado, y Jacinta, una perrita de raza Chihuahua, ambos cariñosos, encantadores y muy sociables. 

En Galicia, en 2016, se puso en marcha una iniciativa de TAA en el Hospital Materno Infantil Teresa Herrera de A Coruña, pionera en Galicia y destinada a evaluar la influencia del contacto con perros adiestrados en niños menores de 6 años con autismo o daño cerebral. En este caso, los protagonistas fueron Fusco (Can de Palleiro), Marrón (Labrador Retriever) y Venus (Perro de Aguas). Se han desarrollado planes similares centrados en entornos educativos y lúdicos asistidos con animales, como el liderado por Dogtor Animal en Madrid, o por la Fundación Acavall en Valencia, donde humanos y animales trabajan juntos, especialmente aquellas personas con discapacidad, mayores o en riesgo de exclusión social, y en los que además de los perros participan otros pequeños animales como cobayas o periquitos. Que cunda el ejemplo.

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