Opinión

Una historia de Bach

En la actualidad nadie dudaría de calificar a Bach como uno de los compositores más célebres de la historia; todo el mundo conoce su nombre aunque no haya escuchado su música. Sin embargo buena parte de esta popularidad se debe a que otro compositor, Felix Mendelssohn, décadas después de la muerte de Bach recuperó para sus contemporáneos su música, y desde entonces no ha dejado de estar en todas las programaciones de los grandes auditorios y salas de conciertos. Otro artista, en este caso español e instrumentista, el tarraconense Pau Casals, también contribuyó de manera decisiva a dar a conocer la música de Bach, en concreto sus suites para chelo.

Corría el año 1890 y Casals, un niño de 13 años ya pegado a su chelo, descubrió cerca de las Ramblas una vieja partitura de las suites. Estas seis piezas eran una obra olvidada, ni siquiera se tenía la certeza de que Bach las hubiese escrito para ser tocadas en público, muchos las consideraban meros ejercicios virtuosísticos para estudiantes, o si son una obra unitaria, y, para mayor confusión, la sexta suite estaba escrita para un instrumento con cinco cuerdas –el chelo tiene cuatro-.

Casals las hizo suyas llevándolas en su repertorio por todo el planeta, y las grabó en plena Guerra Civil española fuera de España, como si fuese una premonición de su destino: como firme partidario de la legalidad democrática republicana se comprometió a no volver a España mientras continuase la dictadura.

Casals, probablemente el intérprete clásico más célebre del siglo XX –no hay más que recordar sus recitales en la ONU en Nueva York o en la Casa Blanca con Kennedy- consiguió que estas obras que invitan al recogimiento y el arrobo sean parte fundamental del repertorio de todo gran chelista. Y a pesar de que la grabación realizada durante la Guerra Civil española siga siendo la más popular y vendida, muchos otros insignes chelistas las han grabado. Entre ellos, Iagoba Fanlo que dedicará su concierto de hoy, a las 20,30 en el Teatro Principal de Ourense, en el ciclo Enclave de Cámara, a las suites nº 1, 3 y 6.

¡Que lo disfruten!

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