Opinión

Recuperen la cordura ... y la inteligencia

Estoy de acuerdo con el juicio final de Pedro Sánchez tras las "conmemoraciones" del aniversario del 1-O del año pasado. El presidente del Gobierno ha instado a Quim Torra para que cumpla con sus responsabilidades y no aliente a los CDR como ha hecho. Lo del president de la Generalitat constituye un grave error o un grave incumplimiento de sus obligaciones políticas. Es uno de sus grandes errores desde que ostenta su cargo. Hablamos de los CDR, los grupos que entraron en la Delegación del Gobierno en Girona y retiraron por la fuerza la bandera española. Yo siento vergüenza por ese suceso y otros parecidos. Pero siento lo mismo por el comportamiento de la derecha española, que acaba de hacer la gran demostración que la inhabilita para dárselas de patriota como lleva meses pregonando.

Están en la luna Casado y Rivera con su nueva exigencia de que se aplique para Cataluña el famoso artículo 155 de la Constitución. Si muchos caminos son malos, ese es el peor, es un camino que puede ser desastroso y puede provocar la ruina total para el posible remedio de la grave y absurda situación a la que entre todos han llevado a Cataluña. Cuando digo "entre todos" me refiero principalmente a los dos partidos de la derecha española y a las formaciones catalanas independentistas. Es increíble que gente a la que hay que suponer formación política e inteligencia en la soluciones propuestas no sea capaz de entender lo disparatado e irresponsable de su comportamiento. Eso es algo de lo que la izquierda estatal se libra y a la que hay que pedir que no se contagie de la locura del otro bando.

Y me parece ejemplar la actitud del PNV, que, siendo un partido nacionalista, ha sabido llegar a esa síntesis política bastante envidiable y además respetuosa con todos los planteamientos que no supongan la propuesta de locuras para resolver los problemas de la convivencia.

El disparate llega a su cénit en el caso de los independentistas por la profunda división en la que han caído. Me parece imposible que no se percaten de que de esa manera es absolutamente imposible que puedan llegar a una meta real y útil en sus planteamientos políticos. Y lo mismo habría que decir, por ejemplo, del comportamiento del Gobierno catalán con los Mossos d'Esquadra, a los que han llevado al desánimo total, como subraya su representante Castejón. La verdad es que no hay por dónde coger el comportamiento de casi todas las partes del conflicto. El PP, por ejemplo, podría tener presente la actitud y el comportamiento del PSOE en la crisis del año pasado, cuando los de Sánchez estaban en la oposición. Pero siguen con sus tesis de exigir a los demás lo que ellos son incapaces de hacer.

Aunque reconozco estar harto de lo que pasa, eso no me lleva a ninguna conclusión estúpida o disparatada. Mi hartazgo me lleva a rogar de rodillas a las partes enfrentadas que recuperen la cordura y la inteligencia y se pongan a dialogar y a negociar para entre todos alcanzar unas soluciones válidas y respetuosas con el sentir general de los españoles, los catalanes incluidos. Empezando por la puesta en libertad de los políticos catalanes en prisión preventiva.

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