Opinión

Un verano de locura

Solo faltaba lo de la ministra Delgado con el ex comisario Villarejo para terminar de liarlo todo. Si yo fuese Pedro Sánchez, me parece que disolvía y convocaba elecciones generales ya, a no ser que viera garantizado el discurrir normal de la legislatura. A varios ministros, por otro lado, parece que se les nota falta de experiencia y entonces más vale cortar por lo sano. Todas las encuestas dan al PSOE la victoria en esas hipotéticas elecciones. Creo que mi tocayo Pedro se lo debe plantear seriamente y dar otro testarazo parecido al de la moción de censura. No creo que podamos seguir así mucho tiempo y menos si entre todos no buscan y encuentran unas fórmulas para remediar la difícil situación creada en torno a la incertidumbre catalana.

Todo urge todavía más tras el bloqueo de PP y Ciudadanos a la vía que Sánchez había pergeñado para aprobar los Presupuestos del Estado. El presidente del Gobierno no debe dejar que entre todos le líen más, pues eso sería caer en una trampa que podría costarle algo mucho más serio que estas absurdas polémicas en que todos, y el primero él mismo, andan enredados. España no está para polémicas vanas ni para enredos absurdos. España se encuentra en una situación que requiere decisiones con urgencia y con inteligencia. No vaya a ser que nos volvamos todos locos y nos vayamos al garete.

Este verano ha sido de locura, como todo el mundo sabe y a nadie es preciso recordar. El país necesita una recomposición con urgencia y ni Casado ni Rivera sabrían qué hacerse en el supuesto de que las cosas cayeran en sus manos. Yo veo a Pedro Sánchez con vacilaciones, sí, pero con bastante mejores condiciones políticas que sus adversarios. A esos les reconozco habilidad para escaquearse de las situaciones comprometidas. A Sánchez le queda por aprender en ese terreno y además sabe rentabilizar mejor la situación de formar parte de una izquierda plural que es más numerosa que la derecha. Y debe administrar mejor sus relaciones con Podemos y Pablo Iglesias, que cuentan con el mejor elenco de personalidades políticas, tras el cual, y a distancia, vienen los demás.

El verano ha sido de locura y esa tendencia es necesario cambiarla, pero ya, pues de lo contrario podríamos asomarnos al abismo. Creo que el mejor camino para alejarnos de ese abismo sería convocar las elecciones generales, que a lo mejor es lo que debió hacer Sánchez no mucho después de ganar a Rajoy la moción de censura. La desaparición de Mariano seguramente ha causado en el país un impacto que todavía no hemos sido capaces de analizar adecuadamente. Fue la moción un batacazo quizá demasiado fuerte como para que la clase política supiese administrarla con un poco más de inteligencia y de prudencia.

Lo que pasa es que creo que no podemos prolongar más esta situación de incertidumbre y permanente sobresalto. También digo que el PSOE, con todas sus limitaciones, en estos momentos es con mucho el partido que tiene en sus manos las mayores bazas para liderar el cambio y las situaciones creadas en España tras el hundimiento del PP. Vamos a plantearnos las cosas con cautela y sentido común, y a ver si hay suerte.

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