Opinión

O Afiador: Falta un mes para el futuro

Falta un mes para el 4 de mayo, fecha en la que se celebran unas elecciones en Madrid que marcarán el futuro de España. La prueba es el grado de vinculación de los dirigentes nacionales con unas elecciones regionales, hasta el punto de que Pablo Iglesias abandonó el gobierno porque consideró que era la única posibilidad de resucitar un partido moribundo. A Iglesias y a Arrimadas, en declive, no les llega la camisa al cuerpo.

Los sondeos dicen que Ayuso gana sobradamente aunque sin garantías de alcanzar la mayoría suficiente, pero una cosa es lo que dicen los sondeos y otra lo que se percibe en la calle. Y lo que se percibe es una movilización del centro derecha como no se recuerda, no porque Isabel Ayuso provoque un auténtico fanatismo hacia su persona, sino por el miedo, el terror, a que se repita en Madrid el modelo de partido que gobierna a España.

A un mes del 4-M, se advierte que votantes tradicionalmente centristas votarán a Ayuso porque consideran que es la única persona que puede impedir que Sánchez e Iglesias echen abajo un modelo que funciona y traten de imponer en la capital sus medidas impositivas y sociales, que no están construyendo una España mejor. 

Se nota desazón entre los votantes de Ciudadanos, devastados por las consecuencias del inmenso error de las mociones de censura de Murcia y Castilla y León. Les cuesta a esos votantes mantenerse fieles a sus siglas, y aunque se sienten lejos del PP, sobre todo porque lo ven excesivamente cerca de Vox, la mayoría se inclinará por Ayuso. A muchos de ellos les  gusta Gabilondo, un candidato moderado, pero temen que hará lo que le mande Sánchez… y Podemos, lidere quien lideres ese partido. Las cosas así es difícil que Cs alcance el 5 por ciento necesario para tener representación parlamentaria. En Vox, tienen asumido que perderán escaños porque se le irán bastantes de los votantes al PP para frenar a la izquierda, y además porque les gusta Isabel Ayuso, como gestora y porque ideológicamente defiende muchas de las posiciones que defiende Vox. Pero creen en Vox que cuando lleguen las generales no se producirá ese mismo movimiento a favor de Casado.

Hay terror en Podemos, sobre todo en su candidato: si no mejora sensiblemente los datos anteriores, la carrera de Pablo Iglesias habrá terminado. Cercenada además por quien había sido su brazo derecho, Íñigo Errejón, que como otros abandonó Podemos harto de las veleidades de Iglesias y Montero.  

Es decir, Arrimadas se juega su futuro político, Iglesias también, Pedro Sánchez menos porque se mantiene en el gobierno, Casado se quedará colgado de la brocha si Ayuso no arrasa, Abascal cruza los dedos para que Rocío Monasterio tenga un resultado pasable y Errejón hace juegos malabares para que Más Madrid haga un buen papel… y de paso se cargue a Pablo Iglesias.

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