Opinión

Altura de miras

Cuca Gamarra, al conocer la intentona golpista contra Lula da Silva en Brasil ha dicho que si hubiera ocurrido en España se habría considerado desorden público. No es cierto, no hay más que leer el polémico texto propuesto por el gobierno para acabar con el delito de sedición. Por otra parte es inaceptable el “contigo” con el que Gamarra inicia su tuit. Aunque no le guste Sánchez, merece un respeto como presidente de gobierno, aunque desde ese gobierno den patadas todos los días al protocolo. La reacción de Cuca Gamarra es impropia de un personaje público, más aún cuando es secretaria general y portavoz parlamentaria del principal partido de la oposición.

Tampoco es de recibo la reacción de Podemos a través de su coportavoz Pablo Fernández: “Lo que está haciendo en Brasil Bolsonaro con una turba de fanáticos lo está haciendo Feijóo con togados”. Llama golpista a Feijóo y también a los jueces españoles, aunque lo que ha dicho Fernández abunda en el comportamiento habitual de Podemos y sus satélites: el insulto por el insulto, la descalificación por la descalificación aunque no se sostengan en nada. Pueden incluso ser delito, porque atentan contra el honor de las personas que son destinatarios de los dardos envenenados de un partido que incumple con frecuencia las reglas de la democracia aunque forme parte del gobierno de un país democrático. País en el que la judicatura es independiente a pesar de que el gobierno español está dando muestras de que respeta lo justo la independencia de los poderes judicial, legislativo y ejecutivo. Y en los últimos tiempos se la ha saltado a la torera.

Falta altura de miras en la política española. Con excepciones, por supuesto, pero sorprende que algunos de los responsables de los partidos no se tomen la molestia de meter en cintura a sus miembros, aunque en el caso de Pedro Sánchez hay ocasiones en las que parece que él mismo alienta las salidas de tono.

Este lunes se han producido dos noticias que afectan al mundo político y sus circunstancias: Sonia Sánchez, periodista de larga trayectoria que trabajaba en el gabinete de Moncloa, ha abandonado su puesto para ocupar un alto cargo en comunicación de Iberia. No debe estar muy segura de que a Pedro Sánchez le vaya a ir excesivamente bien este 2023, y ha decidido coger el tren que le ofrecía la compañía aérea. Por otra parte, Feijóo ha fichado a Borja Sémper, ex dirigente del PP vasco que había abandonado la política por desacuerdos con Casado, para que se haga cargo de la portavocía del partido durante la campaña electoral. Sémper conoce bien el mundo de la comunicación, en el que se desenvuelve con soltura y conocimiento de causa. Al contrario que Sonia, tiene esperanzas en cómo le va a ir en el 2023 al que ha sido siempre su partido.

Ninguno de los dos han necesitado las descalificaciones personales para ser buenos en su trabajo.

Te puede interesar