Opinión

Cinco días decisivos

De lo que ocurra los próximos cinco días en la campaña electoral dependerá que cambie el mapa de España. Si al ganar el PP las autonómicas se tiñó de azul en las anteriores autonómicas, que viró a rojo con los pactos entre PSOE y Podemos, ahora se puede teñirse de rojo por el triunfo del PSOE en el que coinciden todos los encuestados. Con los independentistas en una Cataluña que hoy parece irreductible con el enamoramiento masivo hacia Puigdemont y Torra, dos de los políticos más mediocres que ha tenido España, que sin embargo han sabido poner en marcha una estrategia de éxito, hasta el punto de meter una puñalada al empresariado, considerado de siempre ejemplo de gestión y eficacia, que sin embargo va a tener que acatar los nombramientos que impongan en sus consejos de administración la Cámara de Comercio en la que se ha impuesto el independentistmo más radicalizado.

En estos cinco días de campaña haría bien Pablo Casado en cambiar de estrategia y, lanzar mensajes convincentes en lugar de echar la culpa a Rajoy y a Vox de todos sus males. Algún día comprenderá que los malos resultados de abril se deben a sus errores, no a los del expresidente, ni al empuje de un partido que ya llevaba muchos años en activo pero al que Rajoy logró neutralizar. Sánchez no tiene que hacer gran esfuerzos estos días que faltan para el 26, ha sido tocado por una varita mágica y que se aprovecha de todas las circunstancias, desde el relevo en el PP hasta el fallecimiento de Rubalcaba, al que detestaba pero del que ha hecho creer que era su principal valedor. También Podemos vive su particular nube y no sufre por la caída espectacular en las generales, sino que se ha subido a la ola Sánchez, que necesita al partido de Iglesias, y es seguro que va a tocar más poder que el que tenía, probablemente en el propio gobierno de España. En Ciudadanos se vive la euforia y con razón, han hecho bien los deberes y se han aprovechado del mal hacer de Casado, captando infinidad de votos y de escaños a costa del PP y también de un PSOE que, con Sánchez, ha decepcionado a un número importante de socialistas. A Vox los sondeos le auguran peor resultado del que esperaban, pero su triunfo ya lo alcanzaron el día 28, cuando pasaron del nada a una presencia relevante en el Congreso, lo que les garantiza que jugarán un papel no menor en la próxima legislatura.

Es Pablo Casado el que tiene su futuro más en globo, aunque él está totalmente decidido a no dejarse amilanar y seguir al pie del cañón pase lo que pase el próximo domingo. Está en su derecho, pero si quiere pelearse con las encuestas y lograr ese día un resultado mejor de lo que le auguran, ya puede dedicar estos últimos días de campaña en hacer una mínima reflexión sobre qué ha hecho con “El PP renovado” y dejar de echar la culpa a otros de que las cosas no salgan como tenía previsto. En cinco días, con una estrategia inteligente se pueden alcanzar éxitos imprevistos.

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