Opinión

Ciudadanos se desangra

Albert Rivera cometió un error mayúsculo cuando en abril de 2019 se negó a  formar un gobierno de coalición con Pedro Sánchez, lo que provocó que se convocaran nuevas elecciones y, en contra de lo que había dicho, Sánchez firmara una coalición  con Pablo Iglesias que  ha sido catastrófica para España. Rivera dimitió, gesto que le honra, y  el paso del tiempo demostró que, como decía Rivera, Sánchez no era persona de fiar.

 Arrimadas empezó su andadura con grande expectativas, pero si al principio parecía inteligente su política de mano tendida al Psoe para tratar de que Iglesias no tuviera tanto mando en plaza,  tras el resultado de Cataluña, pésimo sin paliativos, la presidenta de Ciudadanos se equivocó  al aliarse con los socialistas para promover mociones de censura  en gobiernos regionales y municipales para  desalojar al PP y repartírselos entre el Psoe y Ciudadanos.

Ese tipo de operaciones necesitan personas que sepan de estrategia política y, además,  defiendan los principios por los que fueron votados.  No fue el caso y  un porcentaje importantes de dirigentes y cargos parlamentarios de Ciudadanos pidieron la baja. En unos casos para, egoístamente,  marcharse al PP y mantenerse en el machito;  otros en cambio  prefirieron irse a casa antes que mantenerse en un partido con el que ya no se sentían identificados.

El goteo es constante.  Ciudadanos se desangra a chorros y la situación es tan grave que Arrimadas incluso quiere mantener como candidato en Madrid a uno de los responsables del fiasco, Ignacio Aguado. No porque sienta  una admiración profunda por el ex vicepresidente del gobierno madrileño, sino porque se ha quedado sin nombres entre los que elegir.  La estampida en Cs es masiva  e incluye  a  varios  de los mejores. Tanto, que entre la falta de algunos de los personajes más atractivos para los votantes, y que Ayuso va a acaparar mucho voto útil para impedir en Madrid un gobierno que tenga como modelo al actual de Moncloa,  hay sondeos que advierten que Ciudadanos puede quedarse fuera del parlamento. Si se confirmara ese pronóstico, poco tiempo se mantendría Arrimadas al frente de Ciudadanos.

La España política de hoy  no tienen nada que ver con la de  hace solo una semana. Es lo que ocurre cuando los partidos carecen de dirigentes de altura, que conozcan los resortes de la política y defiendan sus ideas con uñas y dientes. 

Hace menos de dos años,  4 millones y pico de españoles votaron a Ciudadanos en las generales.  4 millones y pico que en la mayoría de los casos no querrán ir a la abstención, sino que votarán a  los partidos que mejor defiendan sus principios.  4 millones y pico que decidirán no solo quién debe gobernar Madrid a partir de mayo, sino que decidirán  el futuro de España cuando toquen nuevas elecciones. 

Albert Rivera soñó con La Moncloa, pero  tanto él como Arrimadas  son responsables de llevar a Ciudadanos a la  irrelevancia.

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