Opinión

No es esto, no es esto

Como si les hubieran dado cuerda: iniciar la sesión de control parlamentario y que a Sánchez y Casado les dé un ataque de ira es todo uno. Sin una sola de las virtudes de los buenos  políticos, se dejan llevar por el arrebato y lanzan venablos que provocan estupor. Es imposible ver en ellos a un presidente de gobierno y a un líder de la oposición: parecen dos gallos de pelea. Ni siquiera preparan con inteligencia sus intervenciones, solo buscan la frase con la que herir mortalmente a su contrincante.

El espectáculo, pobre y falto de calidad, es preocupante. Ninguno de los dos piensa en lo que necesita una España asolada por el coronavirus y que necesita confianza en sus líderes para confiar en el futuro que preparan. En sus debates solo aparece rabia y argumentos sin solidez. Con frecuencia, falaces. Ni es cierto que las políticas de Sánchez nos hayan ahorrado 450 mil muertos, ni tampoco que Sánchez  sea el culpable directo de las no se sabe cuántas decenas de miles de muertos por corona virus. Una cifra, por cierto, que el gobierno todavía no es capaz de cuadrar, con cálculos que llenan de estupor como ocurre cuando durante siete días seguidos afirma que no se ha producido ningún muerto, y al llegar al final de semana dice que son quince o veinte.

Los españoles necesitan certezas, no discusiones de taberna. Necesita mirar a sus políticos, del gobierno y de la oposición,  y pensar que por encima de las comprensibles diferencias ideológicas están en buenas manos porque esos políticos, en el gobierno y en la oposición, han hecho los deberes, estudiado los temas, analizado la situación y pueden aportar iniciativas que resuelvan los problemas más acuciantes. Si eso debe producirse siempre, es todavía más necesario  que sea así cuando se vive una situación nunca conocida hasta ahora, con todas las incertidumbres y problemas ya conocidos.  Con miedo a que algunos aliados del presidente de gobierno ganen la batalla y, para garantizarse su continuidad, Pedro Sánchez abrace  las propuesta demenciales de Podemos  aunque algunas de ellas sean de imposible cumplimiento e incluso  inconstitucionales. 

El CIS ya puede publicar todas las encuestas que quiera, que nadie las cree. Es más fiable el clima de la calle. En ese clima se advierte expectación por los movimientos de Ciudadanos, algo a lo que debería estar atento Pablo Casado en lugar de insistir en la política de trazo grueso, que ya se ha demostrado que no le da más votos. 

Y se advierte también en votantes desengañados del PSOE porque ven a Sánchez subyugado por las políticas podemitas, y que estaban pensando en cambiar de papeleta, que empiezan a replantearse esa posibilidad porque no les convence la actitud de Pablo Casado y Ciudadanos todavía tiene que demostrar que acierta con su apuesta por la bisagra.

Tiene razón Felipe González cuando expresa su desazón con la política actual. 

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