Opinión

Se la juegan en Cataluña

Toda España se encuentra convulsionada por la pandemia y sus graves consecuencias sanitarias y económicas, pero además de sufrir el coste que tiene para gobierno y partidos la pandemia provocada por el corona virus, la España política se encuentra convulsionada por un elemento más: las elecciones catalanas que se celebrarán el día 14 de febrero si el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña no las aplaza por la dificultad de acudir a votar en unas circunstancias excepcionales en las que la falta de medidas adecuadas pueden costar la vida. 

El plazo para anunciar el aplazamiento o no finaliza el día 8, y la fecha actual cuenta con el respaldo de la Fiscalía, pues en este caso son aspectos legales, no políticos, los que marcarán la convocatoria. Ha sido convocada por un presidente en funciones y además el estatuto catalán no cuenta con una ley electoral propia y debe regirse por la ley electoral general.

Las elecciones catalanas han provocado la primera remodelación del gobierno Sánchez-Iglesias, con una nueva ministra de Sanidad y un nuevo ministro de Política Territorial, ajuste obligado tras la designación de Salvador Illa como candidato a la presidencia de la Generalitat; han provocado tensiones entre PP y Ciudadanos por la captación de Lorena Roldán, dirigente catalana de Cs, para la lista de Barcelona del PP; ha provocado que ERC, habitual apoyo parlamentario del gobierno, le negara ese apoyo en una de sus más importantes iniciativas, el proyecto de ley que regulará la distribución del fondo europeo del rescate; y ha provocado que una abstención de Vox que ha permitido la aprobación del decreto sobre los fondos europeos, pueda afectar al sentido del voto del PP y de Vox en las elecciones del día 14.

LA ESTABILIDAD DE SÁNCHEZ 

No son unas elecciones más: Pedro Sánchez se juega probablemente la estabilidad de su gobierno porque los partidos que habitualmente le apoyan no lo harán tan fácilmente si le ven en declive. La prueba es que ha jugado con fuerza al promover la candidatura de Salvador Illa, y ha asumido un gran riesgo también al negarse tajantemente a aplazar la fecha electoral a pesar de la pandemia. A pesar de que incluso desde su partido le han dado toques de alerta, no ha dudado en poner toda la maquinaria monclovita a favor del candidato, lo que puede acarrear denuncias judiciales, y no ha dudado, con la ayuda inestimable de Félix Tezanos, en utilizar al CIS para que potencie a Illa presentándolo como ganador de las catalanas. 

Este viernes, el considerado CIS catalán, el Centro de Estudios de Opinión de Cataluña, reiteraba que ERC ganaría las elecciones, seguido muy de cerca por JxC, con el PSC de Illa en tercera posición. En dos semanas se sabrá si tenía razón el CIS o el CEO. Era importante la votación del proyecto de ley sobre los fondos europeos. Importante porque la aprobación parlamentaria es obligada para que la UE transfiera a España los 140 mil millones de euros que le corresponderían de los fondos se recuperación, e importante porque la aprobación tenía unas connotaciones políticas evidentes. 

Moncloa necesitaba esa aprobación como fuera, porque en caso contrario era seguro que Sánchez recibiría un varapalo que haría muy difícil que pudiera ganar nuevamente las elecciones. Sin fondos, España va a la ruina absoluta. Importaba además marcar distancias con PP y Ciudadanos, que se negaban a aprobar el decreto para forzar que Sánchez renunciara a tener el control absoluto sobre el reparto. Parecía que la batalla estaba ganada para la oposición de centro derecha al sumarse ERC al “no”, cuando la abstención de Vox, inesperada, dio un giro total a la situación.

NO FUE UN DESPISTE

No fue despiste de Vox, ni tampoco la respuesta positiva a una llamada de la portavoz parlamentaria socialista, Adriana Lastra, con la que el portavoz de Vox, Espinosa de los Monteros, habló apenas dos o tres veces, la última hace unos seis meses. 

Explica Espinosa de los Monteros que la decisión de abstenerse la había tomado la dirección de Vox dos días antes, sin saber cuál era la posición del PP, pero consideraban que era fundamental defender los intereses de los españoles, porque esos fondos eran su única posibilidad de salvación. La pandemia ha provocado una anomalía parlamentaria -sigue explicando- ya que los partidos solo cuentan con una presencia mínima presencial, y las votaciones telemáticas se inician el día anterior, en este caso el miércoles, con hora límite las 12.00 del jueves. 

A esa hora precisamente subía el portavoz a la tribuna del Congreso para explicar la posición de su partido. La abstención. Inmediatamente después le llamó Lastra, para preguntarle si efectivamente se había abstenido su grupo y él le reiteró que sí, y que conocería el resultado en un par de minutos. Por tanto, asegura Espinosa, no hubo petición de contraprestación a cambio del voto, ni Lastra se la sugirió. Es más, afirma el portavoz de Vox que tiene la convicción de que su relación, gélida, inexistente, con el gobierno y el grupo socialista, seguirá exactamente igual. Abascal nunca ha sido recibido por Pedro Sánchez.

Sí ha habido llamadas de autónomos y miembros de pequeñas empresas, agradeciendo a Vox su posición, que garantiza que los fondos podrán empezar a llegar en otoño, sin más dilaciones. Sin embargo explica Espinosa que espera que las semanas próximas el Gobierno acceda a negociar con los grupos parlamentarios el reparto de los fondos, aunque recuerda el dirigente de Vox que ya viene muy condicionado por los acuerdos alcanzados en Europa por los grupos popular, socialista y liberal.

La reacción en el PP no se ha hecho esperar, y Pablo Casado ha insinuado que, con su abstención, Vox ha devuelto a Pedro Sánchez el favor que le hizo con la exhumación de Franco; una decisión que el PP siempre ha considerado que provocó una reacción de parte de sus votantes hacia un partido que defendía los postulados franquistas y que había sido ultrajado por el gobierno. 

Desde el Gobierno en cambio siguen marcando distancias con Vox a pesar del gran favor que le han hecho con su abstención, y cuentan que ya antes de la votación el presidente del Gobierno había decidido incorporar algunas de las medidas que pide la oposición respecto al Proyecto de Ley del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, y que durante las negociaciones previas a su tramitación Adriana Lastra, en coordinación con Pedro Sánchez, tratará de llegar a acuerdos para que el decreto tenga, en su aprobación definitiva, el mayor número de apoyos, y para ello se ofrecerá mayor participación a partidos, instituciones y colectivos de manera que el reparto de los fondos europeos tenga el mayor respaldo posible.

Los fondos europeos preocupan a los políticos. Y las elecciones catalanas también.

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