Opinión

La pelea de Puigdemont

No se rinde, está decidido a tomar posesión del escaño en el Parlamento Europeo por las buenas o por las malas, y este martes, día en el que se inaugura la nueva legislatura en Estrasburgo, Carles Puigdemont está decidido a sentarse en la sede europea aunque no ha cumplido los requisitos que exige la ley. No ha jurado la Constitución ante la Junta Electoral Central, como es obligado, por miedo a ser detenido nada más pisar suelo español.

Ahora el miedo lo traslada a Francia, a pisar suelo francés, por las buenas relaciones judiciales y políticas entre los dos países. Sin embargo saldrá hacia Estrasburgo una caravana de autobuses y coches, organizada por la Asamblea Nacional Catalana, para acompañar al ex presidente fugado. Si Puigdemont no aparece se sentirán defraudados, pero no es eso lo que más les importa, sino que su objetivo es mantener viva la llama del victimismo, de los presos políticos, de la España que castiga a Cataluña y persigue a la gente por sus ideas, la España que no respeta las reglas de la democracia.

Imposible predecir qué ocurrirá este martes con Puigdemont. Hasta ahora, sus intentos de convertirse en eurodiputado han pinchado en hueso, y eso que ha utilizado toda clase de subterfugios para hacerse con la acreditación. Los portavoces del PSOE, PP y Ciudadanos en el Parlamento Europeo han estado permanentemente alertas para neutralizar las operaciones de Puigdemont y de su amigo Tremosa, que sí es eurodiputado; además el presidente del PE, Antonio Tajani, un italiano que conoce España como si hubiera nacido aquí, se ha tomado como una cuestión personal que el fugado español no consiga convertirse en eurodiputado utilizando trampas.

Así y todo, cuidado con creer que a los independentistas se les gana con la gorra. Fue el error que cometió Rajoy, que jamás pensó que pudieran tener tan poco respeto a la ley, y el mismo error lo está cometiendo Sánchez a pesar de que criticó mucho a Rajoy por no advertir las maniobras de los independentistas. Disponen de todo el dinero que puedan necesitar y más, y cuentan con una red de intelectuales repartidos por el mundo que los consideran héroes y les proporcionan infinidad de contactos. Sánchez pensaba que una Secretaría de Estado para la España Global, con Irene Lozano al frente, neutralizaba las maniobras independentistas. Veremos si ese equipo es capaz de impedir que Puigdemont se siente en el hemiciclo europeo. Y asunto aún más grave: a ver si es capaz de abortar el comunicado de apoyo a los presos que harán público dentro de unos días cinco de las más importantes universidades del mundo.

Esto del independentismo no se soluciona con actuaciones judiciales. No, porque Puigdemont es implacable a la hora de pelear por su objetivo. Cuando se le cierra una puerta, abre tres. Le sobra el dinero para comprar voluntades y no le importa mentir ni difamar.

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