Opinión

La prórroga

Ciudadanos ha metido un buen gol al gobierno, lo que capitalizará ese partido a pesar de que el mismo día que metía el gol el CIS hacía público un nuevo barómetro que abunda en el descrédito de esa institución, que trabaja por y para el gobierno utilizando sus predicciones a conveniencia de Pedro Sánchez. 

El gobierno quería que se prorrogase  el estado de alarma hasta el 27 de junio,  fecha en la que quedaría finalizada la llamada desescalada, palabra que ni siquiera se recoge en el diccionario. Quizá por eso le está costando tanto a Pedro Sánchez que la oposición respalde su estrategia y su calendario. No ha tenido más remedio que ceder, so pena de recibir un revolcón parlamentario si seguía empeñado en mantener la fecha que había marcado en su agenda. Dicho esto, y dicho que Ciudadanos se ha apuntado un buen tanto –lo necesitaba-  hay que añadir que la famosa prórroga tenía trastienda, ocultaba intereses que nada tenían que ver con garantías sanitarias.

Solo los muy ingenuos pueden creer que lo que está en juego es que se garantice la salud de los españoles; que la famosa desescalada preparada por el gobierno de Sánchez detalladamente tenía como objetivo ir levantando restricciones al mismo tiempo que se producían datos que demostraban que se estaban cumpliendo las expectativas. Así se irían abriendo  puertas de libertad a medida que se cerraban las que  habían dejado escapar el coronavirus provocando la interminable lista de fallecidos y afectados.

La prueba de que la prórroga tenía connotaciones políticas se demuestra con las exigencias que presentaban los partidos para votar  a favor del  gobierno  y de las fechas que Sánchez y su equipo tuvieran a bien. 

Para Sánchez era fundamental adelante sacar la prórroga, porque de no conseguirlo el descrédito  pondría al PSOE en difícil situación ante las inminentes elecciones de Galicia y País Vasco. El PNV ofrecía su apoyo solo a cambio de que la prórroga fuera más corta, no quería que coincidiera con la campaña electoral; ERC exigía que se pusiera en marcha otra vez  la  mesa de negociación y que además Sánchez no se echara en brazos de Ciudadanos, mientras Arrimadas exigía  lo mismo en sensu contrario, que Sánchez no se echara en brazos de ERC. Exigía también que la prórroga no fuera tan larga, porque dejaría mal a una Arrimadas que, desde que se supo que Sánchez pretendía 40 días más de plazo, dijo que no contaran con ella.

¿En algún momento los partidos que cuestionaban su voto han presentado condiciones que garantizaran la sanidad? Ni uno.  Tampoco los instalados en el no, PP y Vox, ha dado razones de tipo sanitario para negarse al apoyo. Así que, menos globos: Sánchez ha dado marcha atrás porque la marcha adelante era imposible, no contaba con los votos necesarios. Pero no es la salud de los ciudadanos lo que más le importa. Como siempre, su prioridad es mantenerse contra viento y marea. 

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