Opinión

La UE no es jauja

La Unión Europea tiene mucho que ver con la España actual, sus fondos y las normas aprobadas por sus instituciones han sido clave para convertirnos en un país moderno en infraestructuras, atraer inversiones y regular los distintos sectores empresariales y sociales. Sin embargo la UE no es Jauja, y de la misma manera que potencia a sus socios y en muchos casos los ha colocado en el mapa, les exige un obligado comportamiento. 

Uno de los numerosos engaños del Pedro Sánchez ha sido transmitir la idea de que Bruselas nos iba a sacar del hoyo con miles de millones de euros que nos enviaría poco menos que a fondo perdido. Transferencias, decía, palabra que equiparaba a subvenciones. Llegarán los millones, pero nunca fueron gratis total, y ahora, no solo porque Rutte se ha puesto fiero, sino porque la UE no funciona como Sánchez cuenta que funciona, se encuentran los españoles con que tendremos dinero europeo pero con unas condiciones que van a obligar a apretarse el cinturón. A apretárselo mucho.

El gran engaño ha consistido esta vez en no contar la verdad sobre los fondos europeos, y también en descalificar a aquellos que desde hace meses explican, porque conocen bien cómo funciona la UE, que recibir esos fondos llevaba aparejadas muchas exigencias: la más importante, que tenían que ir destinados a lo acordado con Bruselas, con pruebas de que serian para esos sectores y no para lo que decidiera el gobierno, donde se sientan miembros de un partido al que se le llena la boca proponiendo demagógicas medidas sociales que deben pagar otros. Segundo, enviar dinero a España significa aprobar una serie de medidas de contención de gasto que afectará de forma importante a los impuestos, a los salarios de los funcionarios, a la partidas económicas de las autonomías que dependen del gobierno central … y a las pensiones.

Sánchez, como todos los presidentes que hasta ahora ha habido, pelean en Bruselas con uñas y dientes, y como no tenga éxito los españoles lo van a pasar condenadamente mal. Pero si lo tiene, que lo tendrá aunque no con la cantidad de dinero que anunciaba con tanta alegría, las condiciones van a ser muy duras. Siempre lo son, pero ahora más porque Bruselas no se fía de un gobierno con Podemos dentro.

Si tuviéramos dirigentes de peso, como los de antes, Sánchez ya habría llamado a Casado para ofrecerle un gran pacto de Estado ante una situación grave en la que se deben asumir retos inconmensurables: la situación económica ligada a la pandemia, la Corona y el independentismo. Un gran pacto de Estado que dejara a Podemos fuera del gobierno. Con gobierno socialista y el PP apoyando desde fuera o desde dentro, como acordaran. 

Pero ni Sánchez ni Casado tienen lo que hay que tener, coraje, generosidad y patriotismo para sentarse a hablar como dos personalidades políticas con altura de miras.

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