Opinión

Le llamen como le llamen es censura

Pedro Sánchez no es ningún estúpido, ni Carmen Calvo, ni Iván Redondo, así que cuesta creer que sean capaces de pensar que los periodistas, y gran parte de la sociedad española, iban a tragar con el invento de crear un “comité contra la desinformación” que tendría como objetivo salvar a España y los españoles del peligro de que se difundan noticias falsas que puedan poner en peligro la seguridad nacional.

Pedro Sánchez, Calvo y Redondo no tienen nada de estúpidos, pero a lo mejor sí pensaban que los periodistas españoles y parte de la sociedad lo son, y asumirían sin problema esa milonga de que podemos ser objetivo de los servicios de inteligencia de perversos gobiernos extranjeros que tratan de desestabilizar nuestro país lanzando infundios a través de los medios de comunicación; lo que obliga a crear ese organismo, comité o como se llame que nace para que estemos a salvo de indeseables. Ese trío no asume que lo que está poniendo en riesgo la España seria, decente, rigurosa, estable y democrática, es un gobierno al que no le tiembla la mano al negociar de todo, y ceder casi siempre, con partidos populistas e independentistas que se mueven al margen de la Constitución, o con el partido creado por los terroristas que han asolado España durante cuarenta años y asesinado a casi mil personas, entre ellas ancianos, mujeres y niños.

El trío que no es estúpido pero cree que muchos españoles lo son, para envolver el “regalo” envenenado han lanzado los nombres del CNI y del Consejo de Seguridad Nacional, para dar a su invento un perfil que no engaña a nadie excepto a los que quieren ser engañados; porque este comité, seamos sinceros, no tiene nada que ver con la seguridad ni con la necesidad de preservar a España de posibles campañas insidiosas. Las ha habido, las hay y las seguirá habiendo, y precisamente los medios de comunicación, a los que el gobierno pretende controlar a través del dichoso comité, las ha detectado desde el primer momento ¿O es que olvida el trío cómo detectaron los medios que las fotografías difundidas por los independentistas el 1-O eran falsas de toda falsedad, nada que ver con lo ocurrido aquella jornada? Por mencionar solo un ejemplo, aunque los hay a centenares.

Sánchez, Calvo y Redondo no engañan a nadie: buscan cercenar la libertad de información, quieren la censura pura y dura, lo que por otra parte no extraña porque antes de ser vicepresidente del gobierno Pablo Iglesias ya apuntaba maneras en ese sentido. Ante la indignación de Sánchez, Calvo y otros dirigentes socialistas, por cierto.

No hacen falta comités espúrios como el diseñado por Moncloa para librarnos de los grandes males promovidos por delincuentes propios o procedentes del extranjero: para eso están las leyes, los códigos, los tribunales. Cuyos textos y decisiones, por cierto, no siempre respeta este gobierno.

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