Opinión

Luces y sombras de una convención

Se destapó Rajoy en la convención del PP, y arremetió sin piedad contra el partido que le permitió con su apoyo ser investido presidente,  le ha prometido respaldo para  los Presupuestos… y el que ha promovido una comisión de investigación que salvará a Cifuentes o  cercenará su carrera política. Para los analistas de lo que ocurre en el PP: el público aplaudió a rabiar a su presidente.     

Dos nombres, Puigdemont y Cifuentes, empañaron una convención que tenía como principal objetivo relanzar un partido que muchos creen moribundo excepto los que todavía militan en él. En la reunión sevillana se demostró que efectivamente el PP no está muerto. Hay partido, aunque muy tocado. 

Su principal valor,  su gente, la que no se deja tentar por los cantos de sirena de Ciudadanos,  sabe luchar con  uñas y dientes por sus siglas y  están dispuestos a utilizar esas uñas y dientes  para morder a quienes les acusan de todos  los males que asolan el país y arañar a los que identifican  a todos con la corrupción de unos pocos. Esa es la luz del PP,  pero sus sombras se han alargado en las últimas fechas. En Sevilla, “sotto voce”, los que  mandan reconocían que ni Cifuentes ha gestionado bien “su asunto”, ni el Gobierno ha utilizado bien sus cartas para neutralizar el efecto Puigdemont más allá de las fronteras. 

El aplauso encendido y rotundo a González Pons –más sincero que el que recibió Cifuentes, inducido por los alcaldes madrileños- demostraba que además de aparecer  en escena alguien con  madera de líder,  se podía haber hecho en el terreno político y judicial mucho más de lo que se ha hecho. Con un ingrediente añadido que introdujo Pons: la UE, sin una justicia igual para todos,  deja de ser UE. No se puede admitir que alguien que prepara un golpe institucional en un país de la UE salga libre de culpa por un juez de otro país que ni siquiera ha dedicado un tiempo mínimo a analizar un caso que afecta a la territorialidad de toda Unión Europea, con una veintena de casos similares al catalán.

Cifuentes sale malherida,  y su salvación pasaría por el hundimiento del prestigio de una universidad pública madrileña. Las palabras de apoyo no eran incondicionales, con un dato significativo:  cuando en la ponencia de igualad se mencionaron las mujeres importantes del PP,  no se incluyó  a Cifuentes.  A buen entendedor…

No  se conocen las intenciones futuras de Rajoy, pero su arremetida feroz contra Ciudadanos –“los inexpertos y lenguaraces que no gobiernan”,  “los que no han gobernado nunca  y por eso prometen todo gratis sin límite y sin compromiso”- podría hacer pensar que quema sus naves. Habrá que estar atentos al futuro inmediato. 

La convención  ha supuesto un chute de entusiasmo que necesitaba el PP, pero ha supuesto también un chute de realismo:  la tarea que les espera si esperan gobernar es inconmensurable.

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