Opinión

Negociaciones con guión teatral

sanchez y casado

Pedro Sánchez se siente fuerte, seguro, convencido no solo de que completará la legislatura sino también de que cuando llegue la fecha de las elecciones las ganará sin problemas si tiene que enfrentarse a Pablo Casado. 

Cosa distinta es que se produzca un revulsivo en el PP y el partido cambie de arriba a abajo de aquí a que se celebren unos nuevos comicios. Y cosa distinta también es que Vox empiece a cosechar las semillas sembradas, su extremismo encuentre eco entre los españoles conservadores decepcionados por el actual PP, y Santiago Abascal pueda convertirse en el líder hacia el que miren ciudadanos que hasta ahora han sido votantes del PP. Parte de la seguridad de Sánchez se debe a que le está saliendo bien su estrategia de potenciar a Vox despreciándolo –no recibe a sus dirigentes y ataca al partido de forma despiadada- porque provoca así un sentimiento de simpatía hacia un partido castigado sistemáticamente por un presidente de gobierno que, Sánchez es muy consciente de ello, provoca un rechazo inconmensurable en un porcentaje grande de españoles que jamás le votarán. Si divide el voto de ese porcentaje, el resultado electoral será muy favorable para los socialistas.

Sánchez da por aprobados los Presupuestos. No ahora, sino a principios del 2021. La ley obliga a presentarlos en el Congreso antes del 31 de septiembre para proceder a su tramitación parlamentaria a lo largo del otoño y que puedan ser votados por Congreso y Senado antes del 31 de diciembre. El 31 de septiembre se prorrogarán de forma automática los anteriores, en este caso son nuevamente los que elaboró en su momento Cristóbal Montoro, que son los presupuestos con los que ha gobernado Sánchez  desde que es presidente. Carmen Calvo y Pablo Iglesias, con sus respectivos equipos, están negociando los nuevos con la tranquilidad de que no tienen el 31 de septiembre como fecha que les obliga a pactar lo que sea, y también con la certeza, los dos, de que esos presupuestos no solo tienen que llevar el apoyo mayoritario del Parlamento, que lo tienen garantizado, sino que deben convencer a la Unión Europea de que España es un país que se toma en serio sus cuentas y cumple sus compromisos. 

Iglesias tiene como interlocutores a ERC y Bildu, y Carmen Calvo a los demás partidos con mayor representación parlamentaria, excepto Vox. La ministra Montero es la responsable de redactar los PGE, de acuerdo con Nadia Calviño y tratando de no abrir excesivos frentes con Pablo Iglesias, que no pierde ocasión de recordar a sus compañeros de gobierno, Pedro Sánchez incluido, que están obligados a cumplir el pacto con el que acordó la coalición.

Todas las negociaciones, tanto las que mantienen PSOE y Podemos desde dentro del gobierno, como las de Iglesias, Carmen Calvo y el propio Sánchez con otros partidos, se realizan con un guión perfectamente diseñado en Moncloa  para utilizarlo a conveniencia. Y que fue tratado en el encuentro que mantuvieron Sánchez e Iglesias hace un par de semanas. En los próximos meses veremos anuncios de Podemos de que Sánchez ha accedido a determinadas peticiones que permitirán a Iglesias apuntarse algún tanto ante los votantes decepcionados porque Podemos no es ni de lejos lo que ellos esperaban que fuera. Después, ese supuesto éxito de Podemos se quedará en nada.  

La iniciativa que más se va a manejar es la reforma de la Ley de Reforma Laboral, que finalmente no se va a tocar. No la quieren los sindicatos , lógicamente tampoco los empresarios, tampoco el PNV, que apoya al gobierno, ni alguno de los ministros. Y no la apoya Bruselas, que es la excusa definitiva que utilizará Sánchez para explicar  que no se lleve a cabo. Ya lo sabe Pablo Iglesias.

PODEMOS SE VA A COMER 

Los ojos están puestos precisamente en las negociaciones de Iglesias con Bildu y ERC, y el guión incluye tensiones, frases fuertes y exigencias de imposible cumplimiento. Bildu condiciona el apoyo a más autogobierno, pero sobre todo al acercamiento de todos los presos que habían formado parte de ETA. ERC insiste en la independencia. Sánchez deja que Pablo Iglesias siga hablando con estas dos formaciones, pero a él lo que le interesa es el apoyo de Ciudadanos. Que Ciudadanos apoye los presupuestos daría tranquilidad a los españoles angustiados por las consecuencias de haber formado una coalición con Podemos, angustia que se acrecienta por los momentos tan duros que se están sufriendo y que se van a agudizar en el plano sanitario, económico y laboral.

Podemos, Bildu y ERC declaran a diario que no respaldarán unos presupuestos que vengan avalados por Ciudadanos. Puro teatro. Sánchez sabe que cuenta con los votos de Podemos, y los de Bildu y ERC no le importan porque con los de Cs, más los que ya tiene amarrados, le sobran.

La posición de Ciudadanos es muy clara: aguantar. Aguantar porque sabe Edmundo Bal, que es quien negocia con Carmen Calvo, que al final Sánchez  decidirá que sus presupuestos salgan con el apoyo de Cs. Por una razón: Sánchez está perdido si echa en manos de dos partidos muy antipáticos para la mayoría de los españoles; no solo porque se sitúan fuera de la Constitución sino también por el origen terrorista de uno de ellos y por la insumisión y el odio a España del otro. Cs no se levanta de la silla porque así se apuntará el tanto de que gracias a ellos Sánchez ha roto con partidos que presentaban unas exigencias que ningún gobierno democrático puede asumir. “No vamos a darle la excusa de que se han echado en brazos de Esquerra y Bildu porque Ciudadanos no ha querido aprobar los presupuestos. Queremos apoyarlos precisamente para que Esquerra y Bildu no impongan sus condiciones. Y vamos a aguantar en la silla de negociación sin levantarnos. ”  Son conscientes Arrimadas y Bal de que con ellos los presupuestos rebajarán demagogias y propuestas de Podemos que son inaceptables política y económicamente, y que además serían rechazadas por Bruselas. La Unión Europea tendrá mano poderosa en la elaboración de los presupuestos españoles, con propuestas “que tendrá que comerse Pablo Iglesias”.

Carmen Calvo agradece a sus interlocutores de Cs su posición, entre otras razones porque son conocidas sus discrepancias con Pablo Iglesias. A la vicepresidenta primera le gustaría contar con el apoyo del PP, pero ha comprendido que es misión imposible. Porque el PP no tiene la menor intención de aprobar los presupuestos  –por ahora, en política nada es seguro- y porque el propio Pablo Iglesias trataría de impedirlo porque sería una mancha más en la imagen  que transmite a sus votantes. Sin embargo, y es parte también del guión, el gobierno trata de ocultar la postura de Podemos contraria a negociar con el PP y se cargan las tintas contra un Pablo Casado al que se presenta como un líder de la oposición que no colabora con el gobierno ante situaciones límite como la que está viviendo España.

PP y Ciudadanos mantienen una relación constante. No solo porque gobiernan en coalición en varias regiones y ayuntamientos sino también que a los dos partidos interesa cambiar impresiones sobre la situación nacional.  La sintonía personal entre Arrimadas  y Casado es muy buena , y también es buena entre Bal y la nueva portavoz parlamentaria del PP, Cuca Gamarra. Su  oratoria es menos brillante que Álvarez de Toledo, comenta un miembro del  grupo parlamentario de Cs, pero es muy rigurosa y con mucho sentido común.

A Vox ni se le menciona, no entra en ningún tipo de negociación. Sin embargoSantiago Abascal va a tener mucho protagonismo cuando presente la moción de censura. También ahí hay teatro: no la presenta para hacerse con el gobierno, sino para dejar constancia de que, aunque le ningunea el gobierno, es un líder nacional que va a dar mucha guerra política. n

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