Opinión

Prioridad de Rajoy: negociar con el PSOE

Rajoy ha sido claro e insistente con los miembros de la dirección de su partido: la disposición a negociar con los partidos de la oposición es total, absoluta, se puede hablar de todo con todos sin traspasar los límites suficientemente conocidos, pero la prioridad es alcanzar acuerdos con el PSOE. Porque es el partido que cuenta con más escaños-votos que cualquier otro grupo parlamentario para apoyar las propuestas e iniciativas que más importan al gobierno, pero también porque es el único partido con experiencia política y de gestión y comprende mejor que cualquiera de los recién llegados que determinados asuntos no admiten demora o que son fundamentales para garantizar la estabilidad.

Desde que se inició la legislatura, en el Congreso de los Diputados y en los despachos de los ministerios económicos (incluidos Empleo y Energía-) y de Educación, se negocia sin dejar un minuto para tomar aliento. Techo de gasto, Presupuestos, Pacto de Estabilidad, reforma de la LOMCE, reforma laboral o pensiones. Hablando también con los sectores afectados, desde la comunidad educativa a los agentes sociales, sindicatos y asociaciones empresariales.

Esta semana se han empezado a ver los primeros frutos con el importante acuerdo al que se ha llegado sobre el incremento del Salario Mínimo Interprofesional, acuerdos también en el Consejo de Política Económica y Financiera para fijar el déficit autonómico en el 0,6 por ciento, y se sigue trabajando a uña de caballo para intentar que el PSOE acepte finalmente el techo de gasto.

Se quejan en Podemos y Ciudadanos que PP y PSOE están negociando al margen de los dos partidos emergentes, pero independientemente de lo ya apuntado, que al PP le interesa el partido que más votos aporta, desde el PP alegan que Ciudadanos se circunscribe excesivamente al pacto al que se llegó para la investidura, y que de la misma manera que Rivera siempre insistió que era para investidura y que a continuación había que negociar cada una de las propuesta de gobierno, también el gobierno considera que, una vez en marcha, hay que ser flexible para conseguir sacar adelante las iniciativas, y encuentra excesiva rigidez en Ciudadanos respecto al pacto firmado. Aunque en ningún momento desde el PP pretenden dejar de lado al partido de Rivera, o eso dicen.

En cuando a Podemos, la situación es muy distinta. Al PSOE no le interesa dar excesivo juego a Podemos ni que tampoco se lo dé el Gobierno; cualquier gesto de Podemos que lo haga aparecer como un partido riguroso y con sentido de Estado perjudica al PSOE, muy consciente de que para Pablo Iglesias son los socialistas sus principales adversarios, no el PP. Y empieza a ocurrir lo mismo en el PSOE, que tienen en Podemos a su principal fuente de disgustos.

Muchos Podemos

En cuanto al PP, la queja respecto a Podemos es muy distinta: es imposible negociar con ellos, no solo porque se encuentra en las antípodas de lo que puede defender el gobierno de Rajoy, sino por su propia estructura y metodología de trabajo. Un ejemplo: al encuentro de Podemos con Montoro aparecieron siete miembros de Podemos, uno por cada una de sus formaciones afines. Tras una negociación complicada por la falta de acuerdo entre los siete miembros de la delegación, finalmente se llegó a algunos puntos de coincidencia, ya que Montoro les explicó las consecuencias económicas de sus exigencias y comprendieron que eran inasumibles.

Tras ese pacto de mínimos, Errejón llamó al día siguiente a su interlocutor en el PP, el portavoz parlamentario Rafael Hernando: lo sentía mucho, pero cuando trasladaron ese acuerdo mínimo a la asamblea o círculo correspondiente, lo echó atrás. Tanto en el PP como en el PSOE alegan lo mismo: es imposible dialogar con un partido constituido como una asamblea. La palabra de quien tienen enfrente no vale nada, no tiene poder de decisión

INCORPORACIONES SOCIALISTAS

Los equipos negociadores son de todos conocidos, aunque se han reforzado en el PP y en el PSOE. En el PP porque Rajoy ha responsabilizado a la vicepresidenta Sáenz de Santamaría de las políticas territoriales y le ha dejado por tanto todo lo relacionado con financiación autonómica y sobre todo con el difícil problema de Cataluña. Sobre cuestiones económicas tanto Montoro como Guindos, Fátima Báñez y Álvaro Nadal trabajan codo a codo con la vicepresidenta, y en lo relacionado con Cataluña la designación de Enric Millo como delegado del gobierno, que tendrá el protagonismo político que no tuvo su antecesora, será fundamental para las negociaciones con los dirigentes de la Generalitat.

Con Oriol Junqueras como principal interlocutor, más que Puigdemont. Y con un papel muy limitado el portavoz parlamentario, Francesc Homs, que se queja permanentemente de que no se le da la misma relevancia que al anterior portavoz del grupo catalán, Josep Antoni Durán y Lleida. Entre otras razones porque ni siquiera existe grupo parlamentario catalán, está integrado en el mixto.

En el PSOE, dos personajes del pasado han aparecido en la escena negociadora después de pasar a segunda fila durante la etapa de Pedro Sánchez: Elena Valenciano y Valeriano Gómez, ex secretaria de organización con Rubalcaba y ex ministro de Trabajo. El peso mayor sin embargo recae sobre el portavoz parlamentario Antonio Hernando, con excelentes relaciones personales con el portavoz del PP Antonio Hernando, capaces los dos juntos de desbloquear situaciones que parecían imposibles de resolver. Eso no significa que vayan a llegar a acuerdos gobierno y PSOE, pero sí hay voluntad de pactar lo que se consideran asuntos de Estado. Asuntos que interesan al PP por razones obvias y, al PSOE, para marcar distancias con un Podemos que las más de las veces se ha echado al monte y demuestra escasa entidad política, que los miembros de ese partido disfrazan con el argumento de que lo que ocurre es que ellos representan una nueva forma de hacer política.

En ese escenario tan centrado en dos partidos de sólido perfil de gobierno, más un tercero que cada día muestra su cara más populista e inexperta, es lógico que la imagen de Ciudadanos se encuentre hoy más desdibujada que cuando demostró altura de miras al llegar a un pacto de investidura que desbloqueó una situación muy complicada.

ENMIENDA Y NEGOCIACIÓN

¿Significa todo esto que habrá pactos sobre cuestiones básicas como los Presupuestos Generales del Estado? No. Significa que cada iniciativa, del gobierno o de la oposición, deberá ser previamente pactada

El PSOE presentará la habitual enmienda a la totalidad a los PGE. Si la saca adelante (para ello necesitaría el apoyo del PNV-)el gobierno tendría que retirarlos y enviar unos nuevos a las Cortes. Si no se aprueba, la idea de los socialistas es negociar cada partida presupuestaria con el gobierno durante la tramitación parlamentaria. E introducir modificaciones significativas. Si lo consigue, podría aprobar los Presupuestos, solo así. Esto pone el foco en el PNV, un partido que forma parte también de las prioridades negociadoras del PP. Rafael Hernando y Aitor Esteban serán los encargados de negociar.

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