Opinión

Vender la moto

Al ministro de Fomento y secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, le tocó el papelón de vender la moto, de elogiar el acuerdo con los independentistas utilizando una técnica bien conocida: la mejor defensa es un buen ataque. Arremetió contra el PP sin nombrarlo, alegando la problemática herencia recibida respecto al independentismo y afirmó que el gobierno apostó por negociar con ERC  como reacción al “boicot y la parálisis” de la oposición. Lo ha hecho, dijo, con responsabilidad y rigor,  frente a los que no están dispuestos a solucionar el problema  y desprecian el esfuerzo de los que intentan hacerlo.  

Puede disfrazar el muñeco como quiera, pero no deja de ser un muñeco. Al menos, eso sí, en su rueda de prensa afirmó que el acuerdo al que han llegado los socialistas   con los independentistas es congruente con la Constitución. La palabra no aparece en el texto pactado, pero si Ábalos dice que es respetuoso con la Constitución habrá que creerlo. Su palabra vale más que la de Sánchez –varias veces han discrepado públicamente, por cierto- pero no puede impedir que el acuerdo con ERC se haya recibido con inquietud. Uno de los puntos que más preocupa es el de la famosa consulta. Según Ábalos una consulta no es un referéndum de autodeterminación, pero hay motivos sobrados para pensar que puede ser verdad lo que dicen los propios independentistas: esa consulta no puede soslayarse si el resultado es que una gran mayoría de catalanes vota a favor de lo que acuerde la famosa mesa bilateral que formarán los dos gobiernos.  

Una mesa en igual de condiciones de Moncloa y Generalitat, como exigía ERC desde hace años, y que ha conseguido gracias a que un dirigente ansioso por ser investido presidente  sufrió un ataque de dadivosidad que los independentistas han aprovechado al vuelo.

Dicen los socialistas  que hace nada se mostraban tan contrarios a un acuerdo con  ERC y que ahora bendicen el apaño, que una vez que Sánchez sea investido ya se ocupará de no ceder ante las exigencias del independentismo que sean contrarias a la ley y a la Constitución.   Se engañan a sí mismos. Deberían saber ya que cumplido el primer objetivo de gobernar, el segundo que se ha marcado Sánchez es agotar la legislatura. Y si planta cara a los independentistas, las revueltas, paros, manifestaciones, bloqueos de autovías, huelgas generalizadas e incendios que hemos conocido hace pocos meses serán nada comparados con los que pueden organizar si se sienten engañados por el documento  pactado con los socialistas.  Y no soltarán su presa hasta que  Sánchez ceda ante sus pretensiones, so pena de hacer caer su gobierno. Pues si que los independentistas se quedan quietos si se consideran engañados …

Ya se ha perdido cualquier oportunidad de milagros,  Sánchez jurará su cargo la mañana del miércoles.  Y entonces empezará  el calvario económico, político y social. Ojalá nos equivoquemos.

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