Opinión

Boleros y revueltas

La información de los medios de comunicacion sobre lo que acontece  siempre ha tenido su propio ritmo. Otra cosa ha sido el compás con que se balancea la sociedad. Ir parejos no es de este mundo y la convivencia lo ha puesto sobre aviso. El ahora de la política americana ha dejado de estar en los medios. El presidente Trump sigue dispuesto a bailar al son que suena y que no se oye, no se lee y no se ve en España. Mientras Europa se empeña en el trabajo de ejercer una táctica de enlace con la distribución de la vacuna, el Ejército de EEUU marca el paso mirando a un futuro post electoral. Están ocurriendo cosas en el país de George Washington, considerado el padre de la patria, y aquí no nos enteramos si  la nación con más influencia en el mundo ha sufrido realmente irregularidades en las elecciones, si ello hará, o no, seguir ejerciendo al actual presidente y cómo se están moviendo allí las fuerzas sociales ante una nueva realidad. Las noticias aparecen y desaparecen al interés del momento y de los que controlan las oportunidades; pero eso, que creíamos saber, vuelve a ser la lección del día.

A China la pandemia le ha hecho crecer más que a la América del republicano Donald Trumph y la India es la tercera economía del mundo. Dar rumbo a esta temperatura moviliza y sube los grados de los hilos del futuro, y más aún sube el termómetro si pedimos criterios sanitarios para el reparto de la vacuna. Se sabe que una crisis es buena porque supone una oportunidad para acelerar los cambios, y ahí seguimos señores, en manos de los guardaagujas que obedecen al jefe de estación, jefe que sabe que entre los años 40 a los 70 el bolero se hizo popular como una serenata de amor tradicional que terminó siendo aceptada por todas las clases sociales. El romanticismo aliena y los grandes en edad bailaron el bolero nacido de los tríos de guitarra y tambien conocieron las 45 RPM (revoluciones por minuto) hasta llegar a las de 33, llamadas de larga duración (LD), LP o long play. El bolero y sus grandes momentos están en América Latina y con Armando Manzanero. Tocar el corazón es diana segura y el bolerista mexicano lo hizo en su esencia más pura. Al rey del romanticismo el piano y el acordeón le acompañan en su voz de ida. Hasta Elvis Presley o Frank Sinatra cantaron sus composiciones. Hoy está en voces como Andrea Bocelli, Roberto Carlos,  Andrés Calamaro, Ana Torroja, Laura Pausini, Paulina Rubio, Miguel Bosé, Rocío Dúrcal o Bisbal.

El mundo necesita boleros que nos hagan sentir la piel, que nos mullan y ahuequen la cabeza en algun hombro. Deberíamos oír un segundo revival del bolero porque podemos irnos mañana mismo de este mundo, como en la canción "contigo aprendí", y entonces no habrá baile que valga por mucha crisis que haya venido para acelerar los cambios. Mejor va a ser estar bailados, con un mundo nuevo de ilusiones en una semana que tenga más de siete días para siempre ver la luz del otro lado de la luna. 

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