Opinión

Educar es el mejor futuro

Contradiciendo al refrán digo que el saber ocupa lugar porque la población, no sólo no aumenta, sino que decrece en formación por el abandono escolar temprano. Esta es una de las problemáticas que tienen por delante los dirigentes de este país, un país que según todos los pronósticos está a las puertas de una recesión. Para hacerle frente mejorar el sistema educativo es inversión segura de futuro.

La reducción de las tasas de abandono presenta varias ópticas de estudio; una de ellas es el caso en que los estudiantes, tras la enseñanza obligatoria, no progresan más allá; otra es la situación en la que terminan finalizando la enseñanza universitaria y la estimación intermedia incluye la continuación de los estudios tras la enseñanza obligatoria sin llegar a la Universidad. Atacar esta realidad supondría el aumento de los graduados en niveles posteriores a la ESO e implicaría un cambio en la oferta de diferentes tipos de trabajadores.

Los españoles dejan el estudio para emplearse en puestos de trabajo con menores exigencias formativas y peores características, lo que convierte nuestro sistema educativo en un ejemplo de abandono temprano por encima de los países de nuestro entorno. Este problema es generalizado en todas las regiones, aunque con intensidad dispar. El pasado año el 14% de las mujeres de 18 a 24 años abandonaron los estudios prematuramente al lado del 21,7% de los hombres. Baleares y Murcia tienen las mayores tasas con un 24% frente al País Vasco (7%) y Cantabria (8,9%) que registran las más bajas. Galicia está en el grupo de las regiones con menor abandono al lado de Navarra, La Rioja, Madrid, Asturias, Castilla y  León, Aragón, Cataluña y Canarias.

La Unión Europea plantea para el próximo año una tasa de abandono que no supere el diez por ciento, lo que generaría una caída del paro en algo más de un punto y de 0,7 de la tasa de temporalidad; mientras la productividad se vería impulsada un 8,3%. Si hablamos de una total erradicación del abandono la tasa de actividad sería de dos puntos y la productividad del trabajo se vería incrementada un 13,9%. Son logros evidentes con objetivos utópicos que aún de hacerse realidad España continuaría teniendo una temporalidad y una tasa de paro mucho más alta que la media de la Unión Europea; pero reflejarían una buena predisposición.

Sabido es que la Educación transforma un país e impulsa el desarrollo, por ello la Unesco, la Organización de las Naciones Unidas que manda en todos los aspectos de la Educación, ha establecido la Agenda de Educación Mundial 2030 en la que se recoge, entre otras muchas cosas, aumentar la oferta de maestros cualificados y también las becas. 

Un país donde la Educación habla con índices negativos es un país que  funciona mal,  lejos de la excelencia y la eficacia. Una Educación de calidad hace futuro y debería de estar fuera de la Política aplicando igualdad para todos pero dando a cada uno lo suyo. Remato recordando al filósofo griego Pitágoras: "Educar más a los niños y no será necesario castigar a los hombres".  

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