Opinión

Los fenicios piden competencias

La Feria Internacional de Turismo (Fitur) un año más ha traído a Madrid las fotografías más exportables de la esquina verde de España. Mejoramos  en prestaciones y hoy llegar a Galicia es más que comer porque ya hay mucho que hacer una vez el visitante se encuentra en la Comunidad Autónoma de Rosalía, Valle Inclán, Cela, Torrente Ballester y Álvaro Cunqueiro. Hay preferencias para todos los gustos pero crece el turismo cultural bajo el cielo  gallego y lo dicen las cifras que plasman las preferencias de los que nos visitan. 

En el pabellón de Galicia de este certamen  los vendedores de las cuatro provincias han verbalizado que lo mejor es ser gallego y que ello no es cuestión mínima si hacemos memoria a cuando se exponía con lástima y las referencias eran con resignación guardada en el silencio. Hoy se pregona Galicia en el escaparate mundial de esta muestra y se airea como  joya verde y barata y, además, donde nos reímos de nosotros mismos al ver todo lo que nos rodea. Crecemos en autoestima y más si nos comparamos. Nos conducen los cuatro elementos: tierra, mar, aire y el fuego para nuestra queimada, que ahuyenta brujas, meigas y malos duendes.  Ya sólo nos queda activar los precios en consideración de consumo diario rentable,  entonces otra cosa se reflejará  ante la competencia.

El presidente de Paradores de Turismo, Oscar López, aseguraba que estos hoteles hacen destino y lo decía sabiendo que el de Muxía abrirá este año. Turespaña entregara la obra en julio y antes de diciembre todo estará listo. Muxía será singladura de un nuevo parador como también lo fue del pueblo llegado de Líbano,  conocido como fenicios e inventores del alfabeto y que vienen a abrir nuevas fronteras en Galicia. Son raíces a alimentar las de esta familia que dominaba el Mediterráneo y representaba a los navegantes más audaces en la superficie acuática del mundo antiguo. 
Se nos ha presentado un itinerario gallego a través de los restos fenicios, desde minicruceros costeros a la primera ruta atlántica de turismo submarino. Volteamos la cabeza  a aquellos marineros, los primeros magnates navieros que tenían las embarcaciones más envidiadas. Fueron los  marinos  profesionales de su época, llegaron a nuestras costas y se levanta ahora la veda para  conocerlos y, por tanto, para hondear en nuestra Historia. 
Los fenicios vuelven a desembarcar en Galicia. Tuvieron de imperio las olas  y hoy la promoción turística actualiza su testimonio, un testimonio que agita el deseo de conocer la relación con la costa gallega.

Hay que ver al pueblo fenicio en el Castro de Toralla, en santuarios portuarios para transacciones, en el Castro de punta de Muiño, en las Islas Cíes... Alcanzaron nuestras rías; pero toda Galicia está en deuda de su mensaje mercader y de confirmación de las relaciones entre el Mediterráneo y el Atlántico. Los grandes comerciantes de la antigüedad piden competencias y reivindican legado cultural a posteriores civilizaciones. Se suman a los suevos y celtas. No hay dos sin tres.

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