Opinión

Lucía Navidad

La Navidad gallega llegaba el 10 de diciembre a Madrid trayendo mensaje amistoso con políticas y políticos, que puedan, o no, defender un belén, una estrella-cometa coronando un abeto o un San Nicolás gordito y abuelo vestido de rojo. El Teatro La Latina, aquel al que dio fama Lina Morgan y donde se conserva su palco con el honor de haber sido la gran vedette cómica del musical se hizo portal del nacimiento que se avecina a celebrar. Medio millón de personas nacidas, o no, bajo el cielo de Galicia compartieron panxoliñas y bailes regionales interpretados por Xuntanza de galegos en Alcobendas y Agrupación Vagalume de Alcalá de Henares, respectivamente y la banda de gaitas de "Son do ar" del Centro Gallego del Noroeste Villalba- Madrid; pero la luz estrellada del árbol fue una señorita llegada de Galicia, lejos del prototipo celta, con pelo negro al viento, sonrisa batiente y ojos de curiosidad insaciable. A su confortable presencia acompañaba un meneo de falda que capoteaba a piernas corredoras de atleta del rural. El cartel internacional de haber sido la primera gallega en participar en el Festival de la Canción de Eurovisión en 2011, en Duesseldorf, la empujaba con impulso de sueño cumplido. 

Lucía Pérez es de O Incio y allí, en un antiguo pajar, ha hecho el estudio donde fabrica notas musicales que exportar sin olvidar terreno gallego. En Madrid, esta cantante de voz melosa, no cuenta con la proyección de la TVG para ser más conocida y muchos se impactaron al escucharla y moverse con vuelos de mariposa blanca en el escenario. Que me quiten lo bailao, que fue el tema que llevó a Alemania, le sirve hoy para reafirmar andadura, empeño y garbo al presentar su sexto álbum bajo el nombre de "Quitapenas". Es mujer de fragas, que ella repleta de cascadas para conseguir despertar todos los sentidos, que conviene recordar son más de cinco.

Lucía es fruto de la Galicia , que sufrió el rechazo de la lengua en generaciones anteriores y ahora porta exquisitos manjares de agudos y graves que se mueven en la lengua de Castelao.

El concierto gallego en Madrid ha traído a la Villa y Corte a un Lugo musical que cotiza al alza. Su trabajo es un ejemplo que pone en valor a los que sonando y siendo conocidos en su región les está esperando el resto del mundo. Como la Navidad es puerta de deseos que se abra para cantos gallegos en el universo de trovadores de hoy como Javier Otero, Uxía Senlle, Roi Casal, Guadi Galego... Una galaxia de ángeles encargados de difundir aleluyas de buenanueva con melodías que necesita la Humanidad.

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