Opinión

Manoliño el delfín y el perro nadador

El calor estimula a compartir baño y, por supuesto, bebida fresca. Cualquiera de los dos actos amplía amistades y enseña elementos socioculturales a la personalidad. Lo que se llama socializar. Estos días circula un vídeo de un perro que termina tirándose al agua para dividir protagonismo con el delfín que centra la atención en el puerto de Noia. Se juntaron en el baño, se tocaron y se olieron ante la atenta mirada del personal. No se ha descifrado el código del lenguaje de los delfines; pero es cada vez más evidente que llevan consigo la interactuación.

La estampa referida en Noia se produce porque el perro se deja caer dispuesto a conocer al mamífero acuático más inteligente. Él es el gran protagonista, el activo fundamental de la grabación. Nada como perro que es y no se sumerge y vuelve a salir como el delfín; pero busca al cetáceo y se aleja con él del muro del puerto. El animal peludo tiene predisposición al agua y contribuye  a demostrar que él también sabe de comunicación. No tiene miedo al líquido elemento porque suponga consecuencias negativas, nada de eso. Buena temperatura, sensaciones agradables del público, caricias para el delfín que también él busca y calma para un momento que ya corre por internet. Nos quedamos sin nombre para el bañista perruno y, Manoliño, el delfín se populariza en la zona coruñesa. Perro y delfín dejan este verano el chapuzón simpático, sin prejuicios y por estímulo propio.

Hace unos años que los perros pueden acompañar a su dueño a playas y aquaparks caninos y hace aún más era normal verlos compartiendo playa con las personas. El incremento de estas mascotas ha llevado a que existan exclusivamente playas para perros. Se confirma que por familia hay más perros que hijos. Es lo evidente con las cifras que tenemos de natalidad. La certeza clara y manifiesta es también resultado de la observación. 

En las playas generalistas el acceso con mascotas está prohibido de mayo a septiembre y en temporada alta no se puede acceder con ellas desde las 10 hasta las 21 horas. En España la primera playa para perros fue la de la Rubina, en Empuria Brava, en 2012 y hoy están extendidas por la costa española. En Galicia son la playa de O Espiño y O Portiño en San Vicente do Mar en O Grove; en Cangas la playa  Cunchina. En Redondela playa de Cesantes y Chapela; playa O Castelete en Vilagarcía de Arousa. Playa da Foz y da Calzoa en Vigo. Playa del Arenal en A Pobra do Caramiñal, playa canina de Ares, de la Magdalena en Cabañas, A Coruña y Punta Corveira en Barreiros y playa de Penoural en Burela. La playa canina de la Isla de La Toja no admite perros este año.

Igual que aumenta la Red Gallega de Playas Sin Humo también lo hacen aquellas playas destinadas al baño con canes. Una particular manera de conocer a los dueños. 

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