Opinión

Relevos con fuego

El peregrinar es estilo de vida en crisis de sensibilidad y constantes desalientos. Es entonces cuando camina el deseo de desarmar la realidad para llegar a una Plaza del Obradoiro que estimule la mirada al cielo. Si hablamos de la peregrinación parece real relacionar la humanidad a elementos espirituales; pero hay un viajar diario que portea sentimiento emocional en aquellos que marcan su vida con el buen hacer. Paralelo al momento global de vacunas que reactivan el optimismo o al de datos económicos que nos meten en el pesimismo sobre el futuro de España y los españoles, la política sigue siendo practicada para ganar en ideología.

Las estadísticas del coronavirus en los medios de comunicación desvían que el poder judicial ha entrado en ataque para defender la separación de poderes. El presidente de los jueces y del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, alerta de que la reforma acelerada del CGPJ es contraria a la Constitución y a las exigencias europeas. Tener que recordar esta realidad al Gobierno muestra las muchas sombras que nos rodean, mientras resuena el puzle diario de tanta recomendación, tanta restricción y tanta prohibición.

El Consejo General del Poder Judicial está obligado a preservar la independencia judicial y lo está por mandato escrito en la misma Constitución. El desacuerdo de los partidos no impide al presidente Lesmes cubrir las plazas vacantes, y todo ello ocurre frente a datos que reflejan cómo se dispara la contratación en la Administración Central. El empleo público es el único que sube. Estamos superando los 3,3 millones. No son las autonomías las que incrementan el personal para hacer frente al Covid, lo es la Administración Central junto con las empresas públicas. La Seguridad Social es la única administración que no crece frente a las empresas públicas que lo hacen al mayor ritmo en catorce años. Va a ser más difícil encontrar un joven emprendedor que la aguja perdida en el pajar.

El virus posmoderno se expande más rápido que el del coronavirus y nos impide recomendar un paso atrás para avanzar dos hacia delante. De lo sólido hemos pasado, a lo abstracto, a lo etéreo con las distintas verdades personales como logotipo de ser moderno hoy; pero como la virtud del peregrino es la esperanza Illa es Salvador en la tierra prometida del 14F. Su relevo en el pico de la tercera ola convierte al sustituto en una ilusión que se sube al tren de los acontecimientos, resuelve las exigencias de las comunidades y, sobre todo, da participación a los sanitarios. Los relevos son necesarios porque dan impulso al corredor. Salvador Illa tiene buen talante, es filósofo y buen docente; pero queda en el grupo de malos ministros de sanidad. La mayoría de los ciudadanos no recuerda el nombre de su predecesora; pero él tiene alguna posibilidad por la compra de 2,1 millones de mascarillas a un proveedor chino como parte de un lote más grande, compuesto por 8,8 millones de mascarillas FFP2, del que varias partidas resultaron ser defectuosas. La remontada en Sanidad entra dentro de lo posible. 

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