El otoño y sus tonos está aquí sin reminiscencias gubernamentales y sin el consentimiento de los tribunales. No podemos decir lo mismo de temas que nos ocupan en esta iluminada estación en la que brilla como arcoíris la figura de un ferrolano que poco hizo por Galicia. Las nuevas generaciones interesadas en saber sobre Franco buscan información del general que mandó en España la mayor parte del siglo pasado. Su actualidad es un estímulo para refrescar conocimientos de la Historia de nuestro país sobre un hombre conocido por bajito, voz atiplada, y todos los motivos aplicados a su persona -hasta Manuel Azaña se refiere a él en sus memorias como Franquito-, y otros como Comandantín. Los dichos también hacen historia y las juventudes, rodeadas hoy de un humo en espiral, deberían de interesarse en conocer al político español más importante del siglo veinte.
Luis Suárez o Juan Pablo Fusi son buenos referentes para todos aquellos que quieran acercarse al generalísimo. Cierto es que abundan las biografías y muchos coinciden en presentar al personaje como controvertido y sin brillo o carisma. Luis Suárez, historiador encargado de catalogar los archivos personales del dictador, es autor de varios libros sobre Don Francisco. Asegura tener muy claro que lo suyo no es dar opiniones sino poner los datos para que cada uno tenga sus conclusiones. Él nos desvela que Hitler llamaba a Franco el clerical porque era obediente al Vaticano y que pese al escepticismo del franquismo hacia el Reich íbamos con Hitler hasta que éste ordenó la invasión de España. En el tema de los judíos confirma que España se implicó en el rescate.
Juan Pablo Fusi, hombre que habla de la historia como un análisis y no como la defensa de una causa, es otro buen referente para profundizar en Francisco Paulino Hermenegildo Teódulo Franco Bahamonde. Hay unanimidad biográfica al asegurar que el cambio radical de España en estos años fue una realidad, que Franco fue líder que destacó porque mientras en Alemania e Italia el partido conquistaba el Estado en España el Estado es el que crea el partido y que aspiraba a desmovilizar la política.
En el Archivo Militar de Ávila se encuentran el 75% de los expedientes de condenados por el régimen. Se cuentan con los dedos de la mitad de una mano los interesados en estudiar lo que allí hay. 30 mil sentencias de muerte están registradas en este centro de consulta, sentencias mayoritariamente de implicados en delitos de sangre y que se complementan con el resto de expedientes acumulados en otras ciudades entre ellas Sevilla, Barcelona y Ferrol.
Somos fruto del pasado por tanto también del Régimen de Franco, y no sólo por la paga extra del 18 de julio, fecha del levantamiento. Fuera recelos y otro tipo de relojes que nos marquen los tiempos hay que recordar que aún existen leyes vigentes firmadas por Francisco Franco y que algunas nunca han sido modificadas en Democracia, ni uno sólo de sus artículos.
