Opinión

Los cines ourensanos (1912-1927)

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photo_camera Interior del Salón Apolo en los años 20. El telón, con publicidad variada de negocios ourensanos (Los Chicos, La Gallega, Casa de los Lentes, El Nuevo Bazar de Ramón Puga, Farmacia Román y, de manera poco usual, varios fotógrafos anunciándose juntos, ¡la magia del cine!… (Foto "Diccionario del cine en Galicia".)

Nos quedábamos en el capítulo anterior buscando la ubicación del Cine Moderno (Barbagelata) en su inauguración del 7 de julio de 1912, y desafortunadamente esa incógnita sigue sin despejar. Hoy, para continuar con la historia, completaré algunos datos.

La sala de Isidro Pinacho, “Palacio de la Ilusión”, a pesar de no ser estable ya ocupaba el mismo solar desde aproximadamente 1907, y sin duda desde el 1909 era conocido como “Palacio Luminoso”. Para ser sincero he de decir que se trataba de una barraca hecha con tablones y pocas condiciones, desde luego comodidades no… Aún así, fueron varios los empresarios que se interesaron por su explotación y a cada cambio poco más le cambiaban que el nombre. Sobre 1913 pasa a llamarse “Salón de Variedades”, y en marzo de 1916, “Salón Apolo”. En este momento sí que por fin la empresa se decide a invertir en él y, sin hacer un edificio en condiciones, sí que dotó al local de ciertos lujos (“wáter clots” para señoras y caballeros, ambigú, cabina telefónica y unas espectaculares luminarias que permitían juegos de luz), se encargó el diseño de la fachada y decorados a Camilo Díaz Valiño y la empresa propietaria era la del ourensano Isaac Fraga Penedo (con el tiempo uno de los más importantes empresarios del sector). En ningún momento esta sala se dedicó exclusivamente al cine, dando cabida a todo tipo de espectáculos. El Cine Moderno de Barbagelata sin embargo sí que se centraba en la exhibición cinematográfica.Para poder continuar con la historia os presentaré a otro “actor”, nuestro Teatro Principal. En muchas ocasiones se ha recordado el

nacimiento de nuestro Gran Teatro, aquel que una leyenda urbana asocia con el capricho de un rico comerciante que se quedó sin entrada para un espectáculo y decidió construirse su propio teatro; si me lo permitís, creo que es eso, una leyenda más que realidad. Lo cierto es que don Santiago Sáez Pastor hizo construir este reducto cultural de nuestra Auria en un lejano 1830, y no tardó en darse cuenta de que la cultura no era negocio en el Ourense del siglo XIX. Precisamente por eso y después de haberlo intentado con grandes y no tan grandes compañías teatrales, permitió el uso de la sala para actos de todo tipo, política incluida, y demás ofertas; finalmente, en 1915, al asumir la dirección de la sala el empresario José Riande Viéitez, (representante Fraga que también gestionaba el Apolo), comienza la exhibición de películas de cine. En diferentes publicaciones figura el 30 de noviembre como día de la inauguración, sin embargo está probado que la sesión de pruebas se realizo el último domingo de octubre y se verifico la inauguración oficial el 1 de noviembre con la película “Viva el Rey” (datos de Lisardo Mazaira).

Hasta 1919 no se producen cambios significativos en el mundillo de la exhibición y las tres salas “conviven”. No debía ser muy boyante la convivencia, ya que cuando en ese año se ofrece el alquiler del Teatro Principal, Barbagelata cierra su Cine Moderno y asume la gerencia de aquél; la mejor calidad de los aparatos y la comodidad de la sala lo justificaban. En esos momentos todo indica que Barbagelata quiere asentarse definitivamente en nuestra ciudad y de hecho consta su residencia fija en nuestra ciudad (Juan de Austria, 1), al mismo tiempo su hijo, también Eduardo Barbagelata Mucci, instala otro Salón en Monforte. Llegamos así a 1922 y el Liceo Recreo Orensano, después de serias discusiones dentro de su masa social, se decide a instalar una sala de exhibición (muchos socios consideraban el cine poco instructivo para la juventud). Se hace cargo sala el italiano Barbagelata inaugurando el 12 de marzo de 1922. A título anecdótico señalar que en esos años los hermanos maristas, en su colegio de la calle del Paseo (1908- 1932) disponían de una "linterna mágica" con la que hacían exhibiciones cinematográficas para los alumnos. Años después, en el colegio de Bedoya, los domingos había sesión de cine.
Iba a ser este un corto periodo de estabilidad, ya que en 1925 un fotógrafo de gran prestigio en Ourense sustituye a Barbagelata: me refiero a José Samaniego. Únicamente fueron tres meses los que Samaniego proyecto películas en el Liceo, pero nos sirve para dar un punto de inflexión a la historia de la salas cinematográficas. 

Carlos Casares, interpretando los recuerdos de Don Ramón, incluye en su obra "Ilustrísima" un texto que consigue acercarnos a una exhibición cinematográfica en el Cine Moderno de Barbagelata, incluso recupera el bello uso de la lengua de quien sin dominar ningún idioma habla gran cantidad de ellos. Tuve la fortuna de conocer a un gran payaso llamado “Messie”, de origen… italiano, francés, portugués, ingles, a quien Manolo Outeiriño imitaba tal cual: 

Signoras e signores, lo que aquí vamos a ver questa sera é un espectáculo incomparabile. Lo aparato que ustedes pueden contemplar delante de los suos ollos, inventado por los mesiés Auguste e Louis Lumiere de París... ("Ilustrísima", Carlos Casares
En el verano del 25 cierra el Liceo por reformas y el Apolo por derribo, por si fuera poco los malos resultados del principal también le llevan al cierre. Hasta que a finales de ese año aparece en escena un gran empresario del sector: Rogelio Touron, quien junto a un espectacular coche con chauffer que llamaba la atención en aquel Ourense, trae ideas innovadoras. Se hace a un tiempo con el Teatro Principal, la sala de exhibiciones del Liceo y abre un cine al aire libre. Con él comenzó la etapa de esplendor de la exhibición cinematográfica en Auria, después en diciembre del 28 el Losada al que siguieron Xesteira, Mary, Avenida, Yago… 
Pero eso será otro día…
 

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