Opinión

Miedo a correr solas

La Justicia es una mujer que lleva una balanza en una mano y una espada en la otra. Así, representada en ese doble equilibrio, se yergue hermosa, libre y valiente en las estampas, en los frontispicios de los Juzgados y en las esculturas que, repartidas por el mundo, la evocan. La balanza que sostiene en su mano izquierda asegura la igualdad de todos ante la ley, en tanto que la espada que reposa en la derecha garantiza el cumplimiento efectivo, a la fuerza si fuera menester, de esa igualdad, su protección y sus beneficios. Pero a la Justicia que en España rige para las mujeres le falta la espada.

El monstruoso asesinato de Laura Luelmo, la muerte de una joven maestra instruida, sensible y enamorada de la vida y de su bello oficio a manos de una ruina humana, de un tipo miserable y bestial, vuelve a suscitar el debate sobre qué hacer con esa clase de depredadores, pero se trata de un falso o secundario debate: el verdadero y principal sería el de la severa falta de libertad de las mujeres en una sociedad que se reputa democrática y garantista. La propia Laura decía que en vez de educar a las mujeres, desde niñas, en el miedo a los monstruos, habría que limpiar de éstos el radio vital en que las mujeres viven y se mueven.

Iguales ante ley según dicta la simbólica balanza, a la Justicia le falta la espada para dar cumplimiento a esa norma básica de civilidad y convivencia. Sin esa espada, los varones salen a correr, a vivir, sin miedo, en tanto las mujeres, que hoy necesitan correr, vivir, todo lo que se les negó correr y vivir durante siglos y siglos, corren y viven lastradas por el insoportable miedo a ser asaltadas, o acosadas, o brutalizadas, o muertas, mientras corren. Y eso las que se atreven a salir a correr, pues muchas sucumben comprensiblemente a ese pánico y no salen.

Las mujeres, a las que tanto les gusta y necesitan correr, se agrupan últimamente para hacerlo juntas, pero con ello, si bien se sienten más seguras, no disminuye la merma de su libertad. Necesitan que a la Justicia, a la que se representa como una mujer precisamente, se le devuelva la espada. Una Justicia manca no sirve para la igualdad.

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