Opinión

“Cousas da cabeza”

Así, en gallego, porque hay situaciones y circunstancias en las que me da la sensación que entendemos mejor en ese querido idioma nuestro que los de mi generación hablábamos malamente pero que no lo estudiábamos, ni menos lo escribíamos porque no estaba bien visto, mejor dicho, estaba muy mal visto, cuando no prohibido, directamente, pero lo hablábamos en la calle, ya no digamos en el ambiente rural, en los pueblos, que era lo habitual, aunque en las escuelas y en muchas casas se hablaba siempre en castellano. Eran tiempos donde no se cuestionaban las órdenes, ni se daban plazos para cumplirlas, cualquier parecido con las dudas, recursos y contemplaciones con los que nos encontramos en los distintos acontenciosos actuales, sobre todo políticos, es pura coincidencia. 

Esto tiene sus ventajas y dice mucho a nuestro favor, cuando vemos que en una manifestación de separatistas catalanes en el Paseo del Prado de Madrid, cosa impensable en otros tiempos, no se producen incidentes relevantes, mientras que el mismo fin de semana en París, los exaltados de los chalecos amarillos sembraban el pánico en una batalla campal contra las fuerzas del orden en los Campos Elíseos.

A propósito de ese día en Madrid, se habló muy poco del espontáneo que se subió al escenario desde el que se dirigía la manifestación catalana en Cibeles con una bandera española con la inscripción “viva el Rey”, agitándola repetidas veces hasta que los servicios de la propia manifestación se lo impidieran… y no pasó nada. Esto se llama civilización, que aprendan los países con solera democrática. Está visto que aquí nos pasamos siempre; de quemar iglesias, a obligar ir a misa; del velo, misal y confesionario, al despelote y a la blasfemia, y de la humillante e indigna sumisión a la más insolente provocación, amparados por el derecho a la libertad de expresión.

España sigue siendo diferente; antes por no llegar y ahora por pasarse. En cuanto a lo de “cousas da cabeza”, esa fue toda la explicación que dio a la policía un ciudadano, creo que era de Verín, que acababa de rematar con un martillo a su esposa en el hospital del CHUO en Ourense, donde estaba convaleciendo de un intento de homicidio anterior. Esta expresión, como otras muchas que, aunque se puedan traducir, nos da la sensación de que en gallego tengan otra dimensión, y este hombre había resumido de esta manera todo lo que se puede decir sobre los dramáticos acontecimientos de esta naturaleza que irrumpen en nuestras vidas todos los días al ver los telediarios o leer los periódicos; desde la guerra contra los pirados del llamado estado islámico, los crímenes y violaciones de miserables con nocturnidad y alevosía, hasta las posturas extremistas de los que precisamente hemos elegido para que trabajaran en favor del entendimiento entre los ciudadanos y que con su fanatismo e intransigencia ponen en peligro la ansiada convivencia pacífica entre los habitantes de esa tierra que dicen defender.

La única explicación que podamos encontrar para tanto despropósito que nos ha traído hasta este mundo convulso en el que los crímenes y las guerras se reparten por todo el planeta, es que la evolución de los humanos todavía está muy lejos de haber alcanzado unos niveles intelectuales que les permita diferenciarse de verdad del comportamiento que podría tener un mono que haya aprendido a manejar un fusil. 

Tal vez sigamos necesitando muchos más siglos de evolución lución para que los humanos podamos alcanzar esa ansiada civilización que llevamos buscando desde la oscura noche de los tiempos. Mientras tanto, ante los tristes acontecimientos con los que nos despiertan cada mañana los medios de comunicación, tendremos que seguir diciendo; son “cousas da cabeza”.

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