Opinión

Delincuente y gilipollas

La única explicación que tiene ese juez de Lugo que no ha encontrado delito en el hecho de unas grabaciones rodadas en una calle de una población gallega, de unas mujeres orinando, algunas menores de edad, es que haya considerado la gilipollez como una atenuante o, en este caso, una eximente, porque otra cosa no se explica. Cuándo se comete un delito, tratamos de encontrar una justificación; conseguir dinero, reparar un agravio o así, pero cuando un sujeto, por llamarle algo, se dedica a hacer fotos a niños o a unas señoras meando, es que además de delincuente, es gilipollas.

El diccionario de la RAE, dice del gilipollas, que es un necio o estúpido, lo dice así, solo en masculino, habrá que darle una pensada a esta flagrante discriminación de género que este diccionario dedica a los hombres, reconozco que es una palabra de difícil comprensión, ya no digamos traducción, pero por aquí, todos sabemos de qué va la cosa. Lo que nunca llegaremos a saber es si esta característica que afecta a los humanos viene de origen, algo así como el pecado original, o se va logrando poco a poco en el transcurso de nuestra vida. Es decir, seguirá siendo un misterio el saber si el gilipollas, nace o se hace.

Pero no lo debiéramos considerar abiertamente, como habitualmente se hace, un insulto. “De poeta y de loco, todos tenemos un poco”, dice el refrán, algo así podemos decir en este caso. Si somos sinceros con nosotros mismo, tendremos que reconocer que a lo largo de nuestra existencia, lo hemos ejercido en más o menos tiempo y con más o menos intensidad, aunque supongo que también no faltará el que muy dignamente se sienta aludido y exclame; gilipollas lo será usted. Esto es inevitable.

En estas cosas de la cabeza, la naturaleza se ha encargado de que no tengamos un signo externo de identificación y que nunca sepamos si estamos ante un loco, un imbécil o un gilipollas, al contrario que nos muestra perfectamente si quien está a nuestro lado le duelen las muelas, por ejemplo, que la vemos con la cara hinchada.

En los tiempos modernos, las nuevas tecnologías nos han proporcionado una herramienta que ha venido a tratar de solucionar este error de la naturaleza al no identificarnos a estos personajes/as: el tuit. Un simple tuit, es suficiente para que descubramos esa característica oculta que tenía esa persona y que desconocíamos hasta ese momento.

La señora Nuria Pla, ejercía tranquilamente su cargo de vicerrectora de una universidad pública catalana, hasta que el pasado día 11 de septiembre, para festejar la Diada, puso este sencillo tuit, en catalán, eso sí, que siempre tiene más cosa: “Ganes de foc, de contenidors cremats i d aeroport col-lapst” (Ganas de fuego, de contenedores quemados y de aeropuerto colapsado). Suficiente. No hay más preguntas, Señoría.

Menudo invento esto del tuit que nos ha permitido ver en unos instantes lo que la naturaleza se había propuesto ocultarnos de esta señora hasta no sabemos cuándo. Gracias al tuit le hemos descubierto el alma, los sentimientos, el fondo, la mentalidad, el fanatismo, la gilipollez, la estupidez. Para más inri, estas cosas duelen más cuando los/ las protagonistas cobran de la caja común del dinero público. Increíblemente, se consideran demócratas de toda la vida, por supuesto, pata negra del progresismo. Ya no va más.

Pero no dramaticemos, tenemos que seguir respirando, uno, dos, uno, dos, pudo ser un “momentiño”, y esta señora Nuria Pla volverá, estos acontecimientos pasan, las cosas de la cabeza son así, aunque él, o la protagonista no lo sepan, o no lo admitan, lo más seguro es que se trate de un error, simplemente, nos pasmos la vida cometiéndolos, el que hace más cosas, comete más errores, el futbolista que tira más penaltis es el que puede fallarlos. El personal se cabrea porque el Presidente mexicano quiere que le pidan perdón por la conquista, el perdón debiera ser de oficio, llevarlo puesto y siempre recíproco, él también tiene que pedirlo, y los romanos, los godos, los visigodos, los mexicas, los aztecas, los incas, todas las conquistas, reconquistas, invasiones, alzamientos, cruzadas y demás proezas humanas, están llenas de errores y de chapuzas, de todos los países y en todos los continentes y si llegamos a la Luna, allí los seguiremos cometiendo, es algo natural, como la vida misma. Perdón.

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