Opinión

Elecciones, encuestas y mentiras

A pesar de todos los reparos que le podamos poner al sistema democrático con el que intentamos solucionar nuestros problemas de convivencia, tendremos que reconocer que no existe otra alternativa, al menos en la parte del mundo que llamamos civilizado, que disponernos a votar en las próximas elecciones del día 28 para elegir a nuestros representantes políticos que tomarán la responsabilidad de patronear el barco en el que navegamos todos. De una forma o de otra, votando o absteniéndonos, nuestra decisión influirá en los resultados, no podemos decir; esto no va conmigo, yo no participo, no me meto en política. Estamos metidos. 

El sistema es complicado, de acuerdo, pero no hay otro porque, si no fuera así. ¿Cómo lo organizaríamos? ¿Se le ocurre alguna otra idea que no sea la de aceptar al enviado por la gracia de dios? Porque creo yo, que de esta opción ya hemos tenido suficiente experiencia. El ejercicio de la democracia es difícil porque, en primer lugar, es antinatural, y todo lo que va en contra de la naturaleza es difícil, como nadar a contracorriente, siempre será difícil, por no decir, imposible. Nada en la naturaleza es democrático. Ninguna colmena funcionaría si la abeja reina tuviera que pedir la opinión de los zánganos para organizar la tarea, ni si las abejas obreras tuvieran el derecho a decidir en que flores libar para llenar los panales de rica miel. 

 En segundo lugar, es cada día más difícil porque las nuevas tecnologías y sus redes sociales influyen negativamente en el sistema, como ha quedado demostrado con las manipulaciones detectadas, entre otras, en el referéndum del "brexit", o en las elecciones a la Presidencia de Trump.

Por eso se hace necesario incorporar medidas correctoras a esas posibles manipulaciones que nos llegan de los avances tecnológicos de nuestro tiempo que tanto han cambiado todos los aspectos de nuestra vida. No se parece en nada lo que hacemos hoy de lo que hacíamos ochenta años atrás, todo es diferente, si exceptuamos las funciones vitales, esto es; respirar, comer, dormir, morirse, etc., que más o menos siguen igual, todo lo demás; trenes, coches, aviones, teléfonos, autopistas, televisiones, internet, etc., es distinto, estamos en otro mundo, todo es diferente.

Todo, menos la política, en esto no hemos evolucionado, y si escuchamos los discursos de los líderes actuales, las manifestaciones de unos y otros/as, los gritos, insultos, amenazas, provocaciones y desafíos que llenan la campaña de nuestras próximas elecciones generales, podemos comprobar fácilmente que se parecen demasiado a las manifestaciones, mítines, discursos, insultos y amenazas protagonizados por los líderes del Frente Popular y de la CEDA, en la campaña para las elecciones generales de febrero de 1936. 

Aquí no han llegado los adelantes tecnológicos, al sistema democrático no le han llegado los cambios, seguimos igual que cuando no había televisión, ni autopistas, ni casi coches, los trenes eran de vapor y los teléfonos no tenían whatsapp, linterna, ni sacaban fotos. Increíble.

Lo que si nos ha traído la democracia es el aumento de puestos de trabajo, entre ellos, los que proporcionan las empresas públicas y privadas dedicadas a los sondeos de la intención de voto de los ciudadanos, lo que no deja de ser una actividad que no tiene demasiada justificación y utilidad pero, habida cuenta de la necesidad de crear empleo, bienvenidos sean encuestas y encuestadores, pero si estamos en un sistema en el que se puede mentir perfectamente ante un juez. ¿Por qué no le vamos a mentir a un preguntador que nos pide que le digamos a quien vamos a votar, sabiendo que el voto es secreto?

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