Opinión

Empresarios con nómina garantizada

La principal y fundamental característica que diferencia a la persona que trabaja por cuenta propia, es decir el autónomo, empresario, emprendedor o como queramos llamarle, de la persona que trabaja como asalariado por cuenta ajena, es que el primero, aunque trabaje todos los días, diez o doce horas, puede llegar al final de mes y encontrarse con que no solo no va a tener ingreso alguno, si no que puede darse el caso de que en la caja no haya el dinero necesario para poder cobrarse siquiera un sueldo mínimo, si no que tiene que poner dinero de su bolsillo para cubrir el posible déficit que haya podido generar la actividad de su empresa en ese período, mientras que el trabajador por cuenta ajena cobra su nómina concertada a final de mes, al margen de que la empresa en la que trabaja haya generado pérdidas o beneficios..

Hay otras grandes diferencias entre las dos figuras, por supuesto, podemos decir que, en cierto modo, son antagonistas, empezando por la inversión y por los riesgos que tiene que asumir el que se aventura a crear una empresa, frente a la tranquilidad que, en principio, tiene el trabajador por cuenta ajena; pero existe una especie particular de empresarios; aquellos que podríamos convenir en llamar; empresarios de ventaja, que juegan a dos bandas; por un lado, sienten la llamada del emprendedor, les seduce la idea de poner en marcha un negocio, una empresa, como la mejor fórmula para ganar dinero dentro del sistema capitalista que nos rige, pero, al mismo tiempo, por el otro lado, quieren asegurarse un sueldo fijo y todos los derechos de un asalariado, trabajando, preferentemente en la Administración o en una gran empresa, montando en paralelo su chiringuito, generalmente a nombre de personas interpuestas, dedicando la mayor parte de sus horas de trabajo , en algunos casos sin guardar la mínima compostura, utilizando los medios y contactos que le proporciona su actividad digamos “oficial”, pero en realidad dedicándose a buscar la prosperidad de su empresa particular llegando incluso, en ocasiones, a desviar operaciones y parasitando a la propia empresa que le paga puntualmente su nómina.

Estamos contemplando estupefactos estos días algo que ya sabíamos desde hace tiempo: las pruebas de las artimañas de un viejo policía, ahora encarcelado, que se ha pasado la mayor parte de su vida laboral cobrando su nómina de comisario, recibiendo homenajes, premios y medallas, al mismo tiempo que se montaba en paralelo sus empresas privadas, con las que ha conseguido un gran patrimonio, y que para mayor escarnio estaban basadas en la extorsión y el chantaje, aprovechándose de los medios, informaciones y conexiones que tenía con políticos, jueces y altos funcionarios de la Administración, por su puesto de comisario de policía.

A diferencia de los animales que llamamos irracionales que se buscan la vida de una forma independiente aunque a veces cacen agrupados; los humanos dependemos totalmente de nuestros vecinos para lograr el nivel de bienestar que nos va a situar en la sociedad en que vivimos. De esta forma, de acuerdo con el régimen capitalista que nos preside, nos preparan nuestros padres y después nosotros, lo mejor que podemos y sabemos, según nuestras aptitudes, aficiones, gustos, preparación y esfuerzo, para lograr la mejor posición económica posible, ofreciéndole nuestros servicios a la sociedad y esperando que nos paguen por ello; Inventando, investigando, fabricando y vendiéndoles productos, realizando y prestando los servicios que nos soliciten; enseñándoles, asesorándoles, dirigiéndolos, defendiéndolos, aconsejándoles o curándolos de enfermedades físicas y espirituales, etc., es decir, realizando actividades necesarias para la sociedad que llamamos legales y que ocupan a la gran mayoría de los ciudadanos; pero hay otra gente que ha proyectado el trasvase económico con sus semejantes a base de estafarlos, atracarlos, chantajearlos o matarlos.

Son los que llamamos delincuentes y, en su caso, asesinos.

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