Opinión

Enhorabuena, hemos ganado

Cualquiera que hayan sido los resultados de las elecciones del pasado domingo, si creemos en la democracia, que eso es otra historia, debemos de felicitarnos y aceptarlos deportivamente, porque tendremos que admitir que no hay otra alternativa para intentar solucionar nuestros problemas de convivencia que elegir, mediante nuestro voto o nuestra abstención, (tanto monta, monta tanto) a nuestros representantes políticos que son los que se encargarán de gestionar los problemas que vayan surgiendo en este nuevo período de tiempo que, si todo transcurre por los cauces normales, durará los próximos cuatro años.

Digo que debemos felicitarnos porque esto es lo que hay, como todo en la vida, las cosas podrían haber sido distintas, pero tendremos que admitir que no hay otra alternativa o, mejor dicho, cualquier otra fórmula sería peor, por lo que nos tendremos que conformar con lo que tenemos y aceptar con optimismo los resultados, sin cabreos ni nostalgias, esto es lo fundamental de la democracia, sin darle más vueltas a lo que pasó hace ochenta , cien, quinientos o mil años, cuestionándonos a todas horas si las batallas de Guadalete, las Navas de Tolosa, la toma de Granada, el descubrimiento de América, la proclamación de la República o la batalla del Ebro, podrían haber sido de otra manera. Obviamente que todo podría haber sido diferente, pero no podemos seguir dándole vueltas eternamente.

Ya sabemos que se hicieron barbaridades en todos los sitios, en todas las épocas, en todos los bandos y desde todos los ángulos, pero eso no tiene vuelta atrás, no veo que franceses italianos, rusos, belgas, polacos, etc., aún siendo sus guerras y posguerras más recientes que las nuestras, estén todas las campañas recordando los crímenes, traiciones, violaciones y demás atropellos de unos y de otros. Menuda memoria histórica podían marcarse en toda Europa para seguir alimentando el odio y el rencor dándole vueltas a tantos partisanos, traidores, espías, camisas pardas, colaboracionistas, enterradores y desenterradores por los verdes campos europeos , desde Italia o Francia hasta Rusia, pero me da la impresión que esta gente ha tenido más capacidad para el olvido y más comprensión para dar y obtener el perdón y se dedican más a pensar en el futuro que en seguir recordando el pasado, y no me digan que sus guerras fueron distintas, todas son iguales; unos pocos locos iluminados que se sienten llamados por dios, el destino o vecinos y que siempre encuentran a entusiastas y fanáticos seguidores debido a ese instinto natural que lleva a los toros a seguir a los cabestros, o a las ovejas a la que abre el camino, agravado en nuestro caso por el componente de imbecilidad que no tienen los toros ni las ovejas.

Por eso repito la enhorabuena y felicitarnos de que, a pesar de todos los problemas que podemos ver cada día, vivimos en esa pequeña parte del mundo en donde todavía se puede soñar. No tenemos más que ver los telediarios.

Ayudemos con entusiasmo, sea el que sea, al conductor, de momento no hay conductora, de nuestro autobús que haya salido elegido en estas elecciones para que nos lleve lo mejor posible por esta difícil travesía, porque al final es lo mismo que nos pasa en la carretera , no sabemos si un señor o señora es de izquierdas, derechas, conservador o progresista, lo que si vamos a saber rápidamente es si nos lleva sin novedad al destino.

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