Opinión

Réquiem por un fotógrafo

El reciente y dramático accidente de un aficionado fotógrafo asturiano en el pasado Rally de Montecarlo me ha recordado los imprevisibles caminos que puede tener la muerte para llegar a su destino. A menudo los aficionados a los rallys se colocan en unos sitios peligrosos en los que, cuando se produce una salida de carretera, lo más lógico es que den lugar a graves consecuencias para las personas que temerariamente desafían las medias de seguridad que adoptan estos acontecimientos, pero en este caso, solo la fatalidad puede tener una explicación para este accidente que ha ocasionado la muerte del fotógrafo ya que se había situado en un lugar alejado de cualquier trayectoria previsible de los coches que subían por aquel helado puerto de los Alpes pero al golpear la nieve acumulada en la salida de la curva produjo un derrumbe de la ladera de la montaña que arrastró el sitio, aparentemente seguro, donde se había instalado este desafortunado fotógrafo asturiano.

El Rally de Montecarlo, que se celebra desde comienzos del pasado siglo, es el origen de estas competiciones y se puede decir que sin la colaboración de los aficionados que a lo largo de todo su recorrido siguen la carrera, no sería posible que año tras año, se siga celebrando, es de admirar el comportamiento de esos aficionados en cualquier pueblecito del recorrido por donde transcurre este rally teniendo en cuenta las heladas carreteras de los Alpes en enero, es ya una casi centenaria tradición que se puede comprobar viendo a gente de todas las edades siguiendo la carrera por Grenoble, Orciers, el Turini, Burzet, etc, si no fuera por la ayuda de esta gente, el rally se bloquearía en la mayoría de las ediciones.  Nuestro recordado Estanislao Reverter era un enamorado de este rally a pesar de la decepción que le produjo su injusta eliminación del último en que participó, creo recordar que acompañado de Ventura, con aquel bien preparado Mini,  al quedar bloqueado en el Burzet por un alud, era el año 1973. Los dos teníamos un secreto, estas cosas no se entienden fácilmente y mejor no pregonarlas, no sea, queríamos hacer posible nuestro sueño-proyecto-travesura acudiendo por última vez a nuestro querido rally en la edición del año 1992 con dos Ford Fiesta de Verincar, el concesionario Ford de Verín por aquellas fechas, y despedirnos de nuestra adicción a este mítico rally en la que yo también participé en cinco ocasiones, la primera en el año 1978 con un Seat 1430 de serie con mi recordado amigo Julio de Santiago. La prematura muerte de Lalao Reverter en el año anterior 1991 echó por tierra nuestro ya último sueño alpino.

Siempre será un enigma el saber por qué una persona se aficiona a la música, o a la pintura, a la pesca, política, poesía, fútbol, gasolina o al aguardiente, de la misma forma que nunca sabremos por qué un imbécil puede ser al mismo tiempo juez, policía, cura, maestro, o presidente de una pequeña comunidad o de una gran nación. En muchos casos se podrá decir que todo está escrito en sus genes, que todo depende de su educación y de sus orígenes, pero otras veces no hay explicación alguna, bueno, sí la hay, lo sabe la naturaleza exclusivamente, y lo organiza como le peta y cuando se le ocurre nos envía calor, nieve, volcanes o terremotos, al tiempo que ingenuamente hay gente que piensa que puede influir en el cambio climático quemando menos gasolina, cuando los mayores cambios en la climatología de nuestro planeta se produjeron cuando no había coches, precisamente. Pobres, pretenden influir en la inclinación del eje de rotación de la tierra, cuando no pueden ni hacerlo en las decisiones que toman en su ayuntamiento.

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