Opinión

Atropellos

Existe un método infalible para determinar el hábitat del lince y si su reintroducción en algunas zonas ha sido un éxito o si hay que seguir perseverando en su cría en cautividad. El índice de medición no es otro que el número de atropellos que sufra la especie en un determinado territorio y tiempo. En lo que va de año son ocho los linces atropellados, después de lo que cuesta criarlos y reintroducirlos en la naturaleza.

 Hubo un tiempo en la Comunidad de Madrid en que, para que no se desdoblara una carretera, apareció un excremento de lince en el arcén. Alguien lo había puesto allí, en un lugar donde hacía años que ni agricultores ni cazadores los había visto y tampoco había noticia de que alguno hubiera sido atropellado. Ojalá el lince vuelva al noroeste madrileño y aprendan a utilizar los pasos habilitados debajo de la autovía para no morir atropellados.  
 

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