Que buena ocasión tienen ahora los torquemadas para demostrar que no tienen dos varas de medir. Y que tienen sentido del humor. O que van a pedir las mismas responsabilidades a los suyos que a quienes consideran que han ofendido a personas o sentimientos, que en la mayoría de los casos han sido absueltos por los jueces. Es curioso que el senador popular almeriense Eugenio Gonzálvez que ha escrito un whatsapp en el que decía ‘¡que trabajen los gilipollas! haya utilizado el mismo argumento exculpatorio que sus correligionarios no han creído o por el que han crucificado a otros oponentes: que se trataba de bromas entre amigos y que ha pedido disculpas.
Lo mismito que aquellos que han pasado un calvario judicial. Se ve que el ‘pésimo gusto’ no es patrimonio de los nuevos políticos.
