Una de las actividades más peligrosas descubiertas recientemente es la de los selfies, los autorretratos utilizando el teléfono móvil. Rara es la semana en la que no se tiene noticia de algún percance en el que la víctima es un modelo fotografiándose en algún lugar peligroso o realizando actividades de riesgo. Eso además de ser un ejercicio de narcisismo. Y como buenos Narcisos a nadie le gusta salir feo en la foto o con mal gesto a no ser que este sea provocado por el mismo autorretratado. Hay quien lleva el gusto por la buena apariencia hasta el quirófano, porque los retoques del photoshop no les parecen suficientes o les pueden parecer más molestos que someterse a una operación de blefaroplastia para quitarse las bolsas que aparecen debajo de los ojos. Unas operaciones que los expertos dicen que han aumentado un 15% en los últimos tiempos por causa de los selfies. Hay que ser comprensivos con las operaciones estéticas que contribuyen a reforzar la autoestima de la gente, pero distinguirlas de las que son un mero capricho de niños ricos.
