La Unidad Militar de Emergencias, acaba de cumplir sus primeros diez años sin que a nadie se le ocurra proponer su disolución. Sus acciones suelen ser muy eficaces, supeditada a las autoridades civiles responsables de hacer frente a las catástrofes que se presenten. Hace diez años, la oposición se mostró en desacuerdo con su creación –invento de ZP y Bono, se dijo- y ahora ha sido un ministro del PP quien se ha deshecho en elogios hacia su función y el prestigio interior y exterior que proporciona. Es lo que pasa cuando una inicitiva tiene tanto éxito como para que los detractores iniciales se vean obligados a legislar para que las FAS se ocupen “de preservar la seguridad y bienestar de los ciudadanos en los supuestos de grave riesgo, catástrofe, calamidad u otras necesidades públicas”. Idea feliz, cumpleaños feliz.
