Opinión

Diplomacia

El presidente de Estados unidos, Donald Trump, trae de cabeza a los diplomáticos. Acostumbrados a los juegos de palabras, a ocultar de inicio los verdaderos intereses de su país, a ir a muchos cócteles para conseguir exportaciones de garbanzos, y a ser sutiles en el ejercicio de su profesión, el embajador británico en Washington, Kim Darroch, se ha quejado de que ha tenido que lidiar con un gobierno, "disfuncional" "torpe" e "inepto" al que es preciso presentar los asuntos "de forma simple, incluso directa", por lo que se comprende la frustración del funcionario, que no puede desarrollar las artes aprendidas en la escuela diplomática británica, una de las más prestigiosas antes de embarrancar en el brexit. Lo que temen en el Foreign Office es que la filtración de esas consideraciones pueda dañar las relaciones entre ambos países. Sobre todo porque el diplomático cree que Trump puede ser reelegido y "emerger" de las llamas como Schwazzenneger en las escenas finales de Terminator. La comparación no es muy diplomática pero sí real. ¡Cuidado don Trumpminator!

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